Perder peso es una de las metas más populares en el mundo. Muchas veces se hace por razones estéticas, aunque honestamente nos gusta más vivir bajo las reglas del body love. Sin embargo, habrá algunas veces en que la gente necesite bajar de peso por razones de salud, ¡y eso está perfecto! Tu cuerpo es un templo y no hay mejor manera de expresar tu autoestima y amor propio que cuidando dicho templo.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando haces todo bien y no bajas ni un gramo? Comes bien, haces ejercicio, evitas el alcohol… amiga, tranquila. Hay muchos factores que podrían estar influyendo, y aquí te damos algunos casos que podrían estar interviniendo.
TUS HORMONAS
Oh sí, nuestras viejas amigas las hormonas podrían estar influyendo en tu lenta (o nula) pérdida de peso. Recuerda que las mujeres cada mes vivimos un calvario, especialmente antes de la menstruación. Y eso se acentúa durante el Síndrome Premenstrual, donde puedes sentir retención de líquidos, constipamiento y otros síntomas que definitivamente no ayudan a bajar de peso. Esto es algo “normal”, pero si crees que lo sientes en niveles bastante fuertes, no lo dudes ni un segundo: visita a tu ginecóloga, ya que podría tratarse de otra cosa (por ejemplo, síndrome de ovario poliquístico, el cual es ya bastante popular entre todas las mujeres).
ELIMINAS EL DESAYUNO O LA CENA
Esto es nutrición básica: no, eliminar una comida al día no hará que pierdas peso. ¡Incluso puede ocurrir lo contrario! Recuerda que tu cuerpo es una milagrosa máquina que todo el tiempo está trabajando. Si hay un momento en que siente que no está recibiendo alimento, pero sí está quemando calorías, buscará una manera de compensar eso. Y no sólo lograrás el efecto inverso de bajar de peso, sino que incluso puedes afectarlo al desnutrirlo y enfermarte. Come tus tres comidas en horarios saludables, no olvides las colaciones, y si harás una dueta, no vayas a Internet, opta por un nutriólogo. Por favor.
NO DUERMES LO SUFICIENTE
Oh sí, el descanso también es un elemento crucial para bajar de peso. Así que si pensabas que esas tres horas diarias estaban jugando a tu favor… ¡no! Y por cierto, si cenas muy cerca a tu hora de dormir, eso también es un sabotaje inmenso para tu meta de bajar de peso. Por lo menos que sea dos horas antes (y que sea algo ligero).
NO TOMAS MUCHA AGUA
De nada sirve comer muy bien y hacer ejercicio, si no le das a tu cuerpo este líquido vital. El cuerpo humano está compuesto de 60% agua… así que sí, se merece por completo ser llamado “vital”. Además, el agua ayuda a depurar las cosas que tu cuerpo no necesita, así que, en lugar de eliminarlo de tu vida, convierte al agua en tu mejor aliada.
MUCHO ESTRÉS
El estrés es uno de los peores enemigos de la humanidad en la actualidad. El estrés puede afectar tu ciclo menstrual, tu vida sexual, tu trabajo… y sí, que bajes de peso. Tu cuerpo no funciona al 100%, siempre está alerta en caso de una emergencia (evolutivamente para eso es el estrés) y en estos casos, también se tiende a comer más cuando estás bajo estrés y angustia. Relax! Aquí te ayudará el ejercicio y la meditación.
PODRÍA TRATARSE DE OTRA ENFERMEDAD
Calma, no queremos provocar pánico. Pero, eso sí, te lo tenemos que decir: hay enfermedades “silenciosas” que sólo es posible detectarlas con un chequeo médico a profundidad. Enfermedades como la resistencia a la insulina terminan en diabetes cuando no son atendidas a tiempo, y de hecho uno de sus síntomas es que el bajar de peso sea un reto titánico imposible de cumplir. ¡Atenta a esto! La solución es simple: hazte un exámen médico de pies a cabeza y descarta cualquier enfermedad. Y hazlo sin miedo: de detectarse algo a tiempo, podrás asegurar un futuro saludable.