Costureras ralámuli posicionan internacionalmente a Sinibí Jípe

Difusión del Gobierno del Estado viraliza a la microempresa chihuahuense en la que laborar 15 mujeres de este pueblo originario, que además fue contratada por Volaris para elaborar cubrebocas que regala a sus pasajeros, en el marco de la pandemia de COVID-19

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Recibe apoyo emergente a través de Fideapech y lanzará tienda en línea

Gracias a la viralización de un video promocional realizado por el Gobierno del Estado, la microempresa chihuahuense de artesanas ralámuli (rarámuri), Sinibí Jípe, se posicionó a nivel internacional por su innovación y calidad en la elaboración de cubrebocas, en el marco de la pandemia de COVID-19.

Mediante un enlace virtual al programa Chihuahua Adelante, conducido por el gobernador Javier Corral, la dueña del negocio, Luisa Fernanda Martínez Ortega, compartió que la difusión les valió ser contratadas por la aerolínea Volaris para distribuir entre sus pasajeras y pasajeros, estos auxiliares en la contención del coronavirus.

Sinibí Jípe es una de las empresas que ha sido beneficiaria del programa de Apoyo a Micro Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) del Fideicomiso Estatal para el Fomento de las Actividades Productivas en el Estado de Chihuahua (Fideapech), por su concepto y ocupación laboral.

La microempresa se estableció en la capital de la entidad desde hace un año y cuatro meses, y tiene 15 colaboradoras ralámuli, encargadas de confeccionar los cubrebocas con varios diseños que se pueden extender fácilmente y tienen un filtro de material quirúrgico de uso común, comentó la empresaria.

“Antes de venderlos me cercioré de que fueran avalados por los médicos, que estuvieran bien hechos, que la tela no traspasará, y de darle la opción a las personas de que los pudieran ajustar”, señaló.

Relató que el negocio comenzó con la elaboración de prendas casuales y principalmente sudaderas con diseños ralámuli, pues era algo inédito con lo que se dieron a conocer como marca y se mantuvieron durante un año, hasta que pudieron tener el taller y la tienda en el mismo espacio.

Al llegar la pandemia –dijo- tuvieron que cerrar una semana, para ver cómo podían continuar: “en ese lapso es que se presenta la oportunidad de participar en la convocatoria de Fideapech, para el apoyo emergente”.

“Pero lo que Sinibí Jípe siempre ha hecho es usar sus recursos de manera muy, muy óptima, y entonces nosotros pedimos este recurso para hacer una tienda en línea. Así es como hemos ido tratando de adaptarnos, de movernos rápido”, resaltó Luisa Fernanda.

Como resultado obtuvieron 34 mil 850 pesos invertidos para pagar al proveedor de la plataforma virtual, como la mejor opción para sostener las ventas y los ingresos del personal, agregó.

“Sinibí Jípe siempre ha buscado tener un impacto social en todos los sentidos, y en este caso en la pandemia pues nos tocó esto: cobijar a las mujeres ralámuli que se quedaron sin trabajo, y vender una ronda de cubrebocas, primero a una persona en Estados Unidos, que organizaba una actividad para juntar fondos para comprar equipo médico que se donaría a hospitales de Ciudad Juárez, y ahora a Volaris”.

Una vez que la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Chihuahua produjo y publicó un material de difusión sobre la labor de la microempresa, la marca se posicionó en el país y en el extranjero: “están por todos lados, nos dijeron”, aseguró.

De esa manera, hace dos meses la aerolínea estudió la calidad del producto y el impacto social generado, y planteó una alianza para incluir los cubrebocas de diseño ralámuli, como un valor agregado a sus viajes para mitigar la crisis económica que atraviesa este medio de transporte en el mundo, frente a la pandemia.

“Nos platicaron que estuvieron viendo varios proveedores, pero lo que les gustó mucho fue el concepto, el buen manejo de marca y toda esta parte innovadora y nueva, que podría ser atractiva para sus pasajeros”, narró la empresaria.

Como mensaje y a nombre de Sinibí Jípe, observó: “Las personas que recibimos un apoyo, cualquiera que sea, tenemos la obligación de usarlo de la manera más responsable, sacarle el mayor provecho posible, ya sea con un curso o de manera económica, para recibir empujoncitos, y no cerrarnos solo a la parte del dinero”.