La 60 entrega de los premios, realizada en el Madison Square Garden de Nueva York estuvo cargada de mensajes sociales, políticos y de empatía
La 60 entrega de los premios Grammy se convirtió en el escaparate perfecto para que las minorías expresaran sus emociones, se diera apoyo a movimientos como #MeToo y #TimesUp, los Dreamers fueran mencionados por una inmigrante cubana mexicana, se recordara a las víctimas de los ataques terroristas en las Vegas y Manchester, sucedidos en 2017, y hasta hubiera un espacio para que la excandidata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, leyera un extracto del libro Fire and Fury (sobre Donald Trump) y preguntara si sería acreedora a un gramófono.
Desde el inicio de la gala, las alusiones al ambiente de racismo y las diferencias fue un tema que se abordó. Kendrick Lamar abrió la ceremonia con XXX, un tema de protesta que habla sobre el poder; la bandera de EU ondeando en la pantalla gigante del escenario y un grupo de militares dieron el toque preciso a la canción a la que se unió Bono y The Edge, de U2; pero fue Dave Chappelle, en una pausa del tema, quien hizo un señalamiento a la raza negra.
“Buenas noches, soy Dave Chapelle y sólo quiero recordarle a la audiencia que la única cosa más atemorizante en EU de ver a un hombre negro siendo honesto es ser un negro honesto en EU. Perdón por la interrupción, por favor continúen”, lanzó el comediante.
Las cosas no quedaron ahí. Lamar, durante su discurso de aceptación al Grammy por Mejor Álbum Rap, nominó a Jay Z —uno de sus ejemplos e ídolos en la industria de la música— para presidente. “Este es un hombre especial, un hombre de hip hop, dije hip hop. Me enseñó la verdadera definición de lo que se trata ser un artista, que no es sobre los autos y la ropa. Se trata de ser artistas y expresarnos, de poner pintura en ese lienzo y pasarlo a la siguiente generación para que el mundo avance. Tuve muchas influencias en este edificio que hasta el día de hoy sigo idolatrando como Jay-Z, Nas, y Puff… Jay para presidente”, dijo antes de salir del escenario.
Horas antes de iniciar la ceremonia, el presidente Donald Trump criticó en Twitter a Jay-Z por las respuestas que el rapero dio en una entrevista el sábado por la noche a CNN, donde se le cuestiona sobre lo dicho por Trump sobre si los países africanos, El Salvador o Haití eran “países de mierda”.
“Es muy hiriente porque menosprecia a una gran cantidad de personas, a toda una población y está muy desinformado, porque esos lugares tienen gente hermosa y muchas cosas hermosas. El dinero no es igual a la felicidad. No lo es, eso es no comprender el asunto. Debes tratar a la gente como seres humamos, ese es el asunto principal”, dijo Jay Z a CNN.
“Que alguien informe por favor a Jay-Z que gracias a mis políticas, el desempleo entre los negros aparece en los últimos reportes en el nivel más bajo jamás registrado”, señaló el mandatario en su cuenta.
Además del scketch encabezado por el anfitrión de la noche, James Corden, quien hizo que diferentes figuras como Cher, Snoop Dogg, Cardi B, John Legend y DJ Khaled leyeran extractos del libro Fire and Fury —escrito por Michael Wolff y que ha vendido más de 1.7 millones de copias— a manera de una prueba para aparecer en la ceremonia… pero fue la participación de la excandidata a la presidencia de EU, Hillary Clinton, la que arrancó la ovación del público. “¿Me gané un Grammy?”, preguntó Clinton a Corden para cerrar el scketch.
Para la familia de la música country —Maren Morris, Eric Church & Brothers Osborne— la velada fue el escaparate perfecto para, con Tears in Heaven rendir un homenaje a las víctimas de los ataques perpetrados en Las Vegas, en octubre pasado, durante un festival de música country, así como también a todos aquellos que fueron víctimas en la Arena Manchester durante los atentados terroristas ocurridos en mayo de 2017, al término de un show de Ariana Grande.
La emotiva canción que Eric Clapton le compuso a su fallecido hijo, Conor, fue bastante criticada por los cibernautas.
Pero sin duda fueron Janelle Monae y Camila Cabello, dos de los discursos más poderosos, emotivos y conmovedores. La cantante originaria de Kansas City presentó a Ke$ha, quien dio un espacio visual y sonoro a los movimientos #MeToo y #TimesUp, junto con Cindy Lauper, Bebe Rexha, Camila Cabello, Julia Michaels y Andra Day, y conmovió hasta las lágrimas a la audiencia.
“Esta noche me siento muy honrada de estar aquí presentando a estas mujeres. Venimos en paz pero venimos muy en serio. Vamos a trabajar juntos, hombre y mujeres para crear un ambiente de trabajo seguro, donde haya una paga igualitaria a la que todas las mujeres tengan acceso. Tenemos el poder para cambiar la cultura que no nos sirve.
“A aquellos que tratan de callarnos les decimos dos palabras: Times Up (se acabó el tiempo). Se acabó el tiempo para que haya pagas igualitarias, se acabó el tiempo para discriminación, se acabó el tiempo para el acoso de cualquier tipo, se acabó el tiempo para el abuso de poder”, señaló Monae.
Instantes después, Camila Cabello se apoderó del escenario. Con tan sólo 20 años de edad, la cantante presentó a la banda irlandesa U2… no sin antes convertirse en la voz de millones de jóvenes que podrían ser deportados de Estados Unidos por ser hijos de migrantes indocumentados que llegaron al país de forma ilegal cuando eran niños y no tener la nacionalidad estadunidense. Cabello se convirtió, a nivel global, en la voz de los Dreamers.
“Este país fue hecho por soñadores, para soñadores que perseguían el sueño americano y por eso estoy aquí esta noche porque así como los Dreamers mis padres me trajeron a este país con nada en los bolsillos más que una esperanza, me enseñaron lo que significa trabajar más duro y nunca darse por vencidos y, honestamente, ninguna parte de mi destino ha sido distinta al suyo.
“Soy una orgullosa migrante cubana mexicana nacida al este de La Habana parada frente a ustedes en el escenario de los Grammy en Nueva York. Lo único que sé es que así como los sueños, estos chicos no pueden ser olvidados y merecen que luchemos por ellos”, señaló.
Bruno, el ganador
Todo pintaba para que el hip-hop se robará la gala de anoche.
Jay-Z llegó con ocho nominaciones, Kendrick Lamar con siete; hasta se pensaba que Luis Fonsi y Daddy Yankee iban a dar la sorpresa con sus dos categorías en las que participaban y darían la cara por los latinos, pero nadie contó con que el menos favorito, Bruno Mars, se impondría como máximo ganador con seis gramófonos, incluidos los apartados más codiciados como Grabación del Año, Canción del Año y Álbum del Año por su disco 24K Magic.
Un año dominado por el pop y R&B que representa el cantante hawaiano, un género que no aparecía representado por otro artista desde que en 2008 la fallecida británica Amy Winehouse ganó con Rehab, aunque ella estaba más inclinada al soul.
Mars ya lo había ganado hace dos años con el éxito Uptown Funk, que grabó junto a Mark Ronson y que los hizo acreedores a Grabación del Año.
Pese a que la noche se inclinó a las cuestiones sociales y políticas, Mars no utilizó ninguna de sus tres intervenciones para realizar algún comentario pese a que tiene padres inmigrantes y con raíces judías, puertorriqueñas, filipinas y españolas.
Concentró su discurso de manera positiva al agradecer y explicar cómo nació 24K Magic, además de recordar sus inicios como cantante.
“A los demás nominados les quiero decir que son la razón por la que me estoy jalando el pelo en el estudio, son lo mejor de esta industria. Gracias por bendecir el mundo. Les contaré una historia rápido, porque he estado tomando y celebrando: Hace 15 años estaba cantando en Hawaii, abriendo un show llamado La Magia de Polinesia . Mi trabajo era entretener a mil turistas de todas partes del mundo con 10 o 12 canciones.
“Después, descubrí que esos temas que cantaba fueron escritos por Babyface, Teddy Riley, Terry Lewis y Jimmy Jam, y recuerdo ver a personas bailando con esas canciones, brindando, celebrando juntos. Y eso quise hacer con este disco. Esas canciones fueron escritas con alegría y con una sola razón que fue amor. Les quiero dedicar este premio a ellos, son mis héroes”, dijo emocionado al final de la ceremonia.
Kendrick Lamar se quedó con cinco galardones, siendo Mejor Interpretación Rap el más importante gracias a Loyalty, que grabó junto a Rihanna, y Mejor Disco Rap por DAMN., los dos triunfos para el hip hop más importantes de la noche, algo que el esposo de Beyoncé no pudo celebrar.
La mayoría de los premios entregados fueron recibidos por artistas negros: Alessia Cara se quedó con la categoría Mejor Artista Nuevo y Dave Chappelle se llevó el Mejor Álbum de Comedia, un apartado por primera vez transmitido en televisión, siendo Chris Stapleton y Ed Sheeran (ausente de la gala), los únicos dos blancos que recibieron Grammys como Mejor Álbum Country y Mejor Interpretación Pop Solsita, consecutivamente.
Los número musicales se robaron la noche por su carácter político y social. Primero fue el turno de Kendrick Lamar y U2 con la rola XXX.
Gary Clark Jr. Y Jon Batiste rindieron culto a Chuck Berry, El aplauso se lo llevaron Luis Fonsi y Daddy Yankee durante su turno en el escenario, pese a que Despacitotiene su versión en inglés, ambos latinos decidieron cantarla en español y con la aparición de Zuleyka, la guapa modelo boricua que los acompaña en el video y fue también mancillada en Twitter. Una gran interpretación que no movió tanto a los fríos espectadores en la arena.
P!nk se sumó, algo informal y vestida de blanco, con su canción Wild Hearts Can’t Be Broken, traducida por una intérprete a lengua de señas para todos los espectadores sordomudos que miraron la transmisión.
Sin embargo, fue Kesha en conjunto con Camila Cabello, Julia Michaels, Bebe Rexha y Andra Day las que se llevaron las palmas con la interpretación de Praying, que llevó a Kesha a las lágrimas al final de la canción, debido a que ella fue una de las víctimas de acoso y abuso sexual por su exproductor Dr. Luke.
El tema fue dedicado al momento de los movimientos #TimesUp y #MeToo. Todas vestidas de blanco.
La que fue objeto de memes inmediatos y malos comentarios fue Rihanna por su evidente aumento de peso y Miley Cyrus dejó atrás su imagen polémica y se vio muy elegante y guapa, con un vestido rojo y largo, cantando al lado de Sir Elton John su canción Tiny Dancer, un acto que dio inicio a su gira del adiós de los escenarios, que se prolongará por tres años.
U2 apareció desde la Estatua de la Libertad para cantar Get Out of Your Own Way, SZA, Broken Clocks; y Patti LuPone realizó la interpretación de Don’t Cry for Me Argentina, del musical Evita, como un homenaje a Andrew Lloyd Weber, productor con el que se peleó en 1994 y con el que apenas se reconcilió.
Después de que Chris Stapleton y Emmylou Harris recordaron a los colegas fallecidos el último año con Wildflowers del fallecido Tom Petty, dieron paso al número más emocionante de la noche: Logic y su canción 1-800-273-8255, junto a Alessia Cara y Khalid, una canción que realizó como prevención del suicidio, ilustrada al principio por la foto de Chester Bennington, voz del grupo Linkin Park, quien se quitó la vida el año pasado, y que terminó con un mensaje que aludió a la unión y le dio duro al racismo y toda forma de violencia.
Ganadores
ÁLBUM DEL AÑO: 24K Magic, de Bruno Mars.
GRABACIÓN DEL AÑO: 24K Magic, de Bruno Mars.
CANCIÓN DEL AÑO: That’s What I Like, de Bruno Mars.
MEJOR ARTISTA NUEVO: Alessia Cara
MEJOR SOLISTA POP: Ed Sheeran, Shape of You.
MEJOR ÁLBUM COUNTRY: From a Room: Volume 1, Chris Stapleton.
MEJOR ALBUM de AMERICANa: The Nashville Sound, Jason Isbell and the 400 Unit.
MEJOR ÁLBUM DE HIP HOP: DAMN., Kendrick Lamar.
MEJOR ACTUACIÓN DE ROCK: You Want it Darker, Leonard Cohen.
MEJOR interpretación RAp: Loyaly, Kendrick Lamar Ft. Rihanna.
Mejor interpretación pop dúo/grupo: Feel It Still, Portugal. The Man.
Mejor álbum pop vocal tradicional: Tony Bennett Celebrates 90, varios artistas.
Mejor álbum pop vocal: Divide, Ed Sheeran.
Mejor álbum dance/electrónico: 3-D The Catalogue, Kraftwerk.
Mejor álbum de rock: A Deeper Understanding, The War On Drugs.
Mejor álbum de música alternativa: Sleep Well Beast, The National.
Mejor álbum urbano contemporáneo: Starboy, The Weeknd.
Mejor álbum de R&B: 24K Magic, Bruno Mars.
Mejor álbum de pop latino: El Dorado, Shakira.
Mejor álbum de rock, música urbana o alternativa latina: Residente, Residente.
Mejor álbum de música regional mexicana, incluyendo tejana: Arriero somos. Versiones acústicas, Aida Cuevas.
Mejor álbum tropical latino: Salsa Big Band, Rubén Blades con Roberto Delgado & Orquesta.
Mejor álbum de latin jazz: Jazz Tango, Pablo Ziegler Trio.
Mejor álbum de jazz vocal: Dreams And Daggers, Cecile McLorin Salvant.
Mejor álbum de jazz instrumental: Rebirth, Billy Childs.
Mejor composición instrumental: Arturo O’Farrill, Three Revolutions.
Mejor banda sonora: La La Land.
Canción compuesta para un medio audiovisual: How Far I’ll Go, Lin-Manuel Miranda.
Mejor diseño de empaque (EMPATE): El Orisha de la Rosa, Claudio Roncoli y Cactus Taller, directores de arte (Magín Díaz) y Pure Comedy (Deuxe Edition), Sasha Barr, Ed Steed y Josh Tillman, directores de arte (Father John Misty).
Mejor álbum hablado: The Princess Diarist, Carrie Fisher.
Productor del año, no clásico: Greg Kurstin.
Mejor video musical: Humble, Kendrick Lamar.
Logic se roba la noche
El rapero llegó al escenario de los Grammy para presentar, junto a Alessia Cara y Khalid el tema 1-800-273-8255, nominada a Canción del Año. Si bien el tema no se llevó el codiciado gramófono, fue Logic quien con un breve discurso al término de la presentación sacudió una vez más a la audiencia e hizo un resumen de los temas que se hablaron durante la ceremonia.
“El negro es hermoso, el odio es feo, las mujeres son lo más preciado que tenemos y son más fuertes que cualquier hombre que haya conocido, les digo que se mantengan firmes y aplasten a cualquier depredador desde lo más profundo de su corazón, que está lleno de amor y es algo que nunca les podrán quitar. No tengan miedo de usar su voz, especialmente en lugares como éste, donde tienen la oportunidad de hacerlo.
Ponte de pie y lucha por aquellos que no son débiles, pero que aún no descubren la fuerza que el mal de este mundo ha hecho todo lo posible por ocultar.
“Para todos los países hermosos llenos de cultura y diversidad, que tienen miles de años de historia… no son países de mierda. Y por último, en nombre de aquellos que luchan por la igualdad en un mundo que no es igualitario, no es justo y no está listo para el cambio que estamos trayendo aquí, les digo que nos traigan a sus cansados y pobres migrantes que buscan refugio porque juntos podemos construir no solo un país mejor sino un mundo que esté destinado a estar unido”, señaló el rapero, quien se llevó la ovación de pie al final de la noche.