Aunado al auge de la industria maquiladora en la frontera de Ciudad Juárez o como oficialmente se les llama hoy Juárez a secas. El tema de la violencia ha caracterizado a este municipio a nivel internacional. En algún momento el tema de las muertas de Juárez, marcó a esta ciudad a nivel mundial. Libros y cintas Hollywoodenses, narraron acertadamente o de manera tergiversada las historias de cientos de crímenes y desapariciones de mujeres, lo mismo uno de los carteles del crimen organizado, se bautizó con el nombre de Cartel de Juárez, comandado por el señor de los cielos.
En el sexenio de Felipe Calderón y su famosa y no exitosa campaña contra el crimen organizado, logró colocar nuevamente a la frontera juarense a nivel mundial, como la ciudad más violenta. Hoy a pesar de la pandemia Covid 19, los estándares de muertes violentas en Juárez, siguen dentro de los mayores índices a nivel nacional. De por si el país, es un foco de violencia que se desborda día a día. En Juárez se ha tratado de diferentes formas persuadir el crimen, la violencia, sin éxito.
Millones y millones de pesos se han invertido en este nuevo siglo en programas, proyectos y estrategias en el combate al crimen organizado sin resultados positivos. Se compran patrullas, se incrementan los efectivos policiacos, se unen fuerzas castrenses, se dan toques de queda, se cambian colores de uniformes, se instalan gabinetes de seguridad. Autoridades municipales, estatales y federales, van y vienen y la inseguridad en Juárez, no se erradica. Y difícilmente, quizá será un imposible mientras estemos ubicados al lado del país más consumidor de enervantes, me refiero a los Estados Unidos de América. Con una sociedad enferma y con necesidad de consumir a diario toneladas de marihuana, cocaína, morfina, metanfetaminas y más, para sobrevivir esto lo sabemos todos, representa un mega negocio y la facilidad de hacer dinero a cambio de la vida misma.
De ahí el pleito de la plaza por los carteles de la droga y la cultura que prevalece en Juárez de la violencia. Porque efectivamente los datos con que inicie esta publicación, siempre han estado ligados al narcotráfico. De donde se derivan ramales de trata de blancas, secuestros, cobro de piso, robo de autos y en general la mayor parte de la violencia que ronda en esta ciudad.
El tufo de la droga y la muerte desde hace tiempo recorre las calles y barrios juarenses, dando oportunidad a las nuevas generaciones de una vida fácil y ficticia, en el consumo de estupefacientes y convertirse en carne de cañón del crimen organizado. Un hedor que salpica a autoridades de todo tipo y que llega hasta las mejores familias de esta frontera. Lo curioso es que solo al brincar el charco, esto es cruzar a El Paso, Texas, entras al entorno de una de las ciudades más seguras del territorio norteamericano. Donde se consiguen las armas y balas que cruzan la frontera y que cruzan la carne de quienes a diario mueren.
Concluyo, esta ciudad a la que su sociedad se ha acostumbrado a convivir con la muerte violenta y que trata de no seguir las estadísticas de muertes diarias para no estresarse, encuentra un remedio a su “salud” a través del consumo del alcohol, para olvidar que habita en la frontera número UNO.
José Luis Rodríguez Chávez.
