El año comenzó como cualquier otro, con una serie de ceremonias de premios que culminaron con ‘Parasite’ (“Parásitos”) de Bong Joon Ho haciendo historia al coronarse como mejor película en los Oscar.
Fue una de las últimas noches normales en Hollywood, y bueno, en todo el mundo.
Los cines y multicines cerraron, Broadway bajó el telón, las alfombras rojas se enrollaron y las estrellas se quedaron en casa mientras la pandemia de coronavirus nos paralizó.
Pero la creatividad y el entretenimiento no se extinguieron. Las celebridades les hablaron directamente a sus fans desde sus salas, y tras el asesinato de George Floyd se unieron para protestar en las calles en busca de cambio.
Las alfombras atestadas y las pasarelas de la moda se transformaron en eventos con distanciamiento social, besos al aire y mascarillas o tapabocas, el nuevo accesorio obligatorio de la moda.
Mientras la crisis se extendía, la ingenuidad y la planificación cuidadosa llevaron al regreso de algunos eventos, como el exitoso Festival de Cine de Venecia en Italia el pasado septiembre.
Los autocines presentaron conciertos, los desfiles de moda volvieron, reimaginados. Y también lo hicieron las galas de premios, fuertemente alteradas por las medidas preventivas.
La pérdida fue una constante, con Chadwick Boseman y Naya Rivera entre los artistas fallecidos inesperadamente.
El año se acerca a su fin sin un norte claro en cuanto a cuándo volverán las alfombras rojas, se llenarán a capacidad los teatros y vitorearán multitudes en eventos en vivo.
Pero el 2020 será recordado no sólo por su agitación, sino por la creatividad y el espíritu resiliente que mantuvo vivo al mundo del espectáculo.
