Muy bravitos y muy groseritos

Desde las gradas: Por Royer Wa

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A que caray, lo que son las cosas, este fin de semana, para ser preciso el domingo, fui a cubrir el partido entre la Tribu de Juárez contra los Bravos FC Juárez de tercera división profesional, aunque con descenso de temperatura y poca gente, el ambiente se sentía agradable, familiar y sobre todo, muy futbolero, se enfrentaban dos equipos juarenses, uno de ellos con jugadores de edades entre 15 y 18 años, que están en proceso de desarrollo, mientras el otro equipo ya con jugadores hasta de 20 años y con experiencia profesional.

Pues demos un repaso sobre lo que ocurrió ahí, la gente empezó a llegar desde las dos de la tarde, a quienes vimos ahí en las gradas fueron a los futbolistas de Bravos FC Juárez, Wesly Decas y a Irving Avalos, muy cómodos para presenciar este partido y sobre todo, fueron en apoyo a los Bravitos, los equipos llegaron y a las 2:30 ya se encontraban en la cancha calentando, se llegó la hora y con él, el protocolo de la Liga de Tercera División Profesional, se presentaron y realizaron el tradicional volado.

En varios medios de comunicación incluyendo este, se había manejado como favorito a los Bravos FC Juárez, ya que cuenta con un plantel de lujo, jóvenes que oscilan entre los 20 años, algunos con contrato y tres de ellos, ya jugaron con el equipo grande en la Liga de Ascenso y en la Copa MX, teniendo participación enfrentando a equipos de primera como Lobos BUAP y Pumas de la UNAM, mientras la Tribu cuenta con jovencitos de escasos recursos, que en su mayoría apenas si cuentan con dinero para llegar en la ruta, jugadores que batallan diariamente para llegar a las instalaciones a los entrenamientos, esforzándose, pero el futbol es así, aquí no importa quien tiene más o menos dinero, quien puede tener a los mejores y quienes no, todo se define dentro de la cancha.

Pues así tenía que ser, definirlo dentro de la cancha, los Bravos muy confiados con su buena racha y por la goleada de 4-0 que le habían puesto a la Tribu en su primer enfrentamiento, estos chicos muy creciditos, no solo en la edad sino en su ego, salen como si fueran las grandes estrellas, se sienten intocables, algunos te miran por encima de los hombros, todo lo contrario con el equipo mayor, los de la Liga de Ascenso han demostrado una gran humildad con la que siempre ha comulgado la institución de la familia de la Vega, quizá le están moviendo el tapete a estos chicos y no hay nadie que los ubique, pero bueno vámonos al juego.

Arrancó el partido, los Bravos muy bien acomodados pero con aires de grandeza, como menospreciando al rival, con lo que no contaban era que la Tribu se fajó bien y los encaró fuertemente, les jugaron de tú a tú, los Bravos se dieron cuenta que las cosas no les estaba saliendo y empezaron a optar por jugar a las pataditas, la impotencia de ver a unos jugadores mucho más chicos tanto en edad como en tamaño y que te estén dando carrilla, ocasionó que los comandados por Tomas Campos empezaran a perder la cabeza, falta tras falta y con un semblante de incredulidad, ya que no podían hacer daño, al parecer la confianza los estaba traicionando, ya no encontraban por donde, mientras que los alumnos del profe Francisco Palacios, fueron los primeros en tocar la puerta brava por la vía de tiro directo, pasando el balón por encima de la portería, poniendo en JAQUE a las súper estrellas y prepotentes de los Bravitos, luego de varios intentos no pudieron en 45 minutos anotar gol y los dos equipos se fueron al descanso, la Tribu con una gran tranquilidad por haber manejado el marcador y los Bravos preocupados por no poder hacer gol.

Se vino la segunda parte y las entradas fueron subiendo de tono, considero que le faltó más tacto al árbitro central, ya que se comió varias que no marcó, ya el partido estaba dividido y parejo, la Tribu se creció y supo manejar bien la media cancha, que fue donde se disputó más el balón, vimos a un Tomas Campos preocupado, quizá pensaba que se le iba de las manos lo invicto, pero cayó el gol, ese gol que tanto necesitaban los presumidos Bravos, al minuto (64) Juan Palacios Reyes le ponía una aspirina al equipo de ese gran dolor de cabeza por el que estaban sufriendo, el 0-1 llegó y punto.

Pero luego vino la respuesta de la Tribu, al (69) Juan Gustavo Cardona Leyva, le quitaba la sonrisa de los labios a los Bravos, necesitarían de algo más fuerte que una simple aspirina, ya que habían batallado mucho para anotar y en cinco minutos los estaban empatando, esto habla de cómo la Tribu con mucha humildad y concentración, estaba dando resultados y podía ganar inclusive el partido, solo les faltaba arriesgar un poco más con disparos desde fuera del área, la crisis que estaba viviendo Bravos ocasionó que dos jugadores agredieran física y verbalmente a un niño que estaba de balonero de nombre Eduardo Pinera, de 10 años de edad, el primero en agredirlo fue el jugador con el numero en su playera 197 de nombre Jesús Salazar, quien en un momento de total desesperación fue y le arrebató el balón al niño quien ya se lo estaba dando y le grito lo siguiente, “DALE PINCHE CABRÓN” para después empujarlo, el niño se quedó asustado con lo que le acababa de ocurrir, el tiempo se agotaba y los Bravos y la Tribu estaban a nada de terminar en empate, esto lo les agradaba a los Bravos, no habían pasado ni tres minutos cuando vino Francisco Nevarez con su número 194, él estaba en la banca, cabe mencionar que este jugador debutó ante Pumas de la UNAM en la Copa MX, salió corriendo y le arrebató el balón al niño y lo empujó también, la gente se dio cuenta y le empezaron a gritar de cosas, y Nevarez volteo y hasta una seña obscena realizó, esto pudo haber terminal muy mal, retar a la tribuna puede ocasionar que alguien ingrese a la cancha y se arme una bronca o agresión hacia el jugador, además no había seguridad en el Estadio 20 de Noviembre, muy mal organizado por esa parte.

Pues los Bravos lograron anotar el segundo gol por parte de Omar Antonio Panuco Padilla al (82) del partido, quien había entrado de cambio recientemente, acto seguido los Bravos ya no les preocupaba que nos les dieran el balón rápido y le agregaron a la ensalada en hacer tiempo tirados en la cancha, que lastima que no se les sancioné a estas estrellitas del universo por parte de su club o por parte de los árbitros, alguien debe de ubicarlos para que no despeguen los pies sobre la tierra, aún no han ganado nada, apenas están escribiendo la primer página de su historia, pero para la Tribu esta derrota tuvo un sabor a triunfo, ya que estuvo a nada de lograrlo y para Bravos, una severa lección.

Al final del partido todos los jugadores se saludaron y se abrazaron, dejando atrás las patadas y retos, pero nunca, en ningún momento, se disculparon con Eduardo Pineda, ese niño que no tuvo culpa de nada y al que ofendieron verbal y físicamente, que pensará la directiva que trabaja constantemente en mantener una imagen sana y en ser atentos con los medios de comunicación y con la afición, donde queda el trabajo ya realizado, Tomas Campos, abusado, que no te brinquen estos novatos que se sienten ya en las nubes, ahora es el momento, porque si lo dejas pasar, ya no podrás controlarlos.

ASÍ SE VIO Y SE VIVIÓ DESDE LAS GRADAS

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