DAN PENA AJENA

COLUMNA: A TÍTULO PERSONA

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Por Sergio Arturo Duarte Méndez

Conecta Juárez

Infame, vergonzosa e inaceptable para un equipo de Primera División resultó la actuación brindada por Bravos FC Juárez el viernes anterior, en el Estadio Cuauhtémoc, en la goleada sufrida ante el Puebla por 4-0, resultado que dejó claro que el triunfo a domicilio sobre Chivas (1-2) en la fecha cuatro fue un espejismo que por dos semanas ocultó la triste realidad que vive la escuadra local.

El revés anticipa que el Guardianes 2021 será otro torneo con más pena que gloria en la breve historia de Bravos en la Liga MX, un equipo de proyectos pobres y directiva rica, destinado irremediablemente -y por obra de sus dirigentes-, a ocupar los sitios de media tabla hacia abajo y a pagar la nada honrosa multa para mantener la categoría (50 millones el lugar 16, 70 millones el ocupante del puesto 17 y 120, el colero general).

Por ahora, FC Juárez ocupa el sitio 16 en el cociente, únicamente arriba de San Luis y Atlas.

Ajeno a cualquier planteamiento táctico o formación utilizada por el técnico dentro de la cancha y sumado a su poco o mucho talento para practicar este deporte, hay valores entendidos que un jugador profesional que se precie de serlo debe mostrar bajo cualquier circunstancia, rival en turno o terreno de juego que pise.

Estos son: amor propio, orgullo, corazón, gallardía, coraje, honor a los colores que defiende, en una profesión que es sólo para unos cuantos, lo que convierte a los futbolistas de Primera División en deportistas privilegiados que, en su mayoría, perciben altos sueldos.

Sin embargo, estos valores parece que brillan por su ausencia en el FC Juárez.

La humillante derrota del viernes ante Puebla, -escuadra que dista mucho de ser una potencia en el futbol mexicano pero que les propinó un baile a los verdes-, evidenció y desnudó futbolísticamente a los Bravos salvo algunas excepciones como la de Darío Lezcano, quien continuó en la lucha, intentó anotar y puso a prueba al arquero Antony Silva, a pesar del marcador adverso.

Dado su pusilánime rendimiento y funcionamiento colectivo brindado en Puebla, el revés se equipara con el 3-0 que el FC Juárez sufrió ante Santos Laguna en la fecha dos del Apertura 2019 y en la goleada de escándalo a manos de Monarcas Morelia por 6-1, en la jornada 16, en el referido torneo.

Las citadas derrotas pueden contar tal vez, si usted quiere, con el atenuante, que el equipo entonces dirigido por Gabriel Caballero vivía su primer torneo corto en el máximo circuito, el timonel argentino recién armaba a su cuadro y juntos pagaban ‘derecho de piso’.

Ahora a cargo de Luis Fernando Tena, campeón olímpico en ‘Londres 2012’, cuya mano aún no se ve y acorde a su estilo transmite muy poco o nada desde la zona técnica, resulta inadmisible ver como el central Víctor Velázquez -uno de los jugadores más regulares la campaña anterior-, marque tímidamente dentro del área a su rival, a distancia, y en su afán por jugar como un crack, exponga el balón en zonas prohibidas, de alto riesgo y sus fallas se conviertan en goles.

Claro que las responsabilidades son compartidas y junto a Velázquez, la zaga fronteriza y el arquero Enrique Palos vivieron una noche de pesadilla en una defensa que hizo agua, sumado a una escasa recuperación de balones en medio campo y poca generación de jugadas de peligro en el área rival.

Tras cinco partidos disputados, con algunas individualidades a destacar en sus filas como la del citado Lezcano y Matías García -quien estrelló un balón en el poste-, Bravos no logra alcanzar un adecuado funcionamiento como equipo, como grupo y sus contadas buenas acciones dentro del terreno de juego derivan más de esfuerzos personales que colectivos.

Tal cual, sus números lo reflejan fielmente, el balance hasta ahora es malo, cinco puntos en igual cantidad de partidos, un triunfo, dos empates y dos derrotas, tres goles a favor por ocho en contra.

Ante la falta de bravura y la desesperación porque las buenas noticias no llegan, algunos aficionados ya los llaman por el antónimo de su mote: mansos.

De paso, los apellidos Romo, Fernández y Olivera cobran cada vez más peso ante una plantilla que no es mejor que la del Guardianes 2020 o al menos, no lo ha demostrado con hechos hasta ahora.

En fin, quiero pensar que el desempeño del viernes en Puebla fue sólo una muy mala fecha de Bravos.

Sólo el tiempo lo dirá.

Cumplido casi un tercio del Guardianes 2021, con un partido pendiente contra Tigres, Bravos recibirá este viernes 19 a Mazatlán, un equipo que viene de dos goleadas consecutivas ante Toluca (4-1) y San Luis (3-0), lo cual, lo hace un rival doblemente peligroso.

Por hoy, antes de recibir a Mazatlán, de viajar a Torreón para medirse contra Santos Laguna y de enfrentar aquí a los Rayados del Monterrey, urge una severa autocrítica al interior del equipo, un apretón de tuercas, aplicación de medidas disciplinarias severas y un ajuste en la labor de Tena Garduño porque el torneo es muy corto y la noche y tormenta amenazan con caer y apoderarse del campamento de Bravos.

DISCIPLINA: UN FOCO ROJO

Bravos sumó en el Guardianes 2020 como refuerzo al mediocampista Marco Fabián, monarca olímpico en ‘Londres 2012’ con experiencia en el futbol alemán.

Lejos de asumir el liderazgo dentro de la cancha y de aportar al equipo como factor de cambio, Fabián de la Mora ha decepcionado, no ha cumplido con las expectativas generadas a su alrededor y ha quedado a deber sobremanera.

Entre la campaña anterior y el presente torneo suma 14 partidos, 13 como titular, mil 030 minutos jugados, cero goles, cero asistencias a sus compañeros para anotar, una tarjeta amarilla y una roja.

Fuera de la cancha, el veterano medio ofensivo cuenta desde su estancia en Chivas del Guadalajara con antecedentes que lo señalan como un jugador al que le encanta la fiesta.

Incluso en la visita de Bravos a la ‘Perla Tapatía’, el 30 de enero, la columna San Cadilla del Grupo Reforma publicó la clausura del Luccas Bar y de acuerdo con el citado medio, los asistentes al lugar aseguraron que después del partido contra Chivas, en el sitio había alguien que caminaba, hablaba y reía como Fabián.

De ser así, en época de pandemia, la conducta del futbolista es una gran irresponsabilidad e indisciplina que atenta contra la propia salud de sus compañeros.

Tristemente, no es el primer jugador de la escuadra que da este tipo de notas, en octubre pasado, con unas copas de más y al volante, Martín Galván ingresó al Ceresito y fue el propio Fabián quien lo ayudó a salir, según reportó el portal La Polaka.

Y como el mal ejemplo cunde, hace poco más de una semana, jugadores de la Sub 20 se vieron involucrados en un serio accidente automovilístico con lesiones, incidente que le costó el trabajo a Ricardo Souza, dado de baja del equipo, no así sus acompañantes.

Ante estos hechos, tal parece que la mano dura no existe en el club y el rendimiento del conjunto local en sus distintas categorías, bien gracias.