DESTINO MARCADO

Columna: A TÍTULO PERSONAL

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Por Sergio Arturo Duarte Méndez

Conecta Juárez

Equipo chico, futbol pobre y directiva incompetente, fiel a los tres capítulos (Cobras, CF Indios y ahora Bravos) de la historia de Ciudad Juárez en el balompié de Primera División.

Prisionero de su incapacidad futbolística, miembro distinguido de las tinieblas y rehén de la noche que le ha caído luego de tres reveses y diez goles recibidos en menos de una semana, Bravos FC Juárez brindó este sábado otra denigrante actuación en la derrota ante Atlas de Guadalajara por dos goles a cero y la luz al final del túnel se ve muy lejana en el negro horizonte del once fronterizo.

Frente a un rival directo en los últimos lugares de la tabla de cociente que llegó a siete partidos sin perder y ya le pisa los talones en este departamento (0.9894 de los Rojinegros por 1.1290 de Juárez), en un partido que no podía perder, FC Juárez corroboró que, gracias a sus limitaciones, está irremediablemente condenado a cumplir con el destino marcado por sus propios dirigentes: el frío sótano y los 120 millones de pesos de multa para mantener la categoría.

La contratación de jugadores de mediana calidad o poca monta que no cumplen cabalmente con la etiqueta de refuerzos como el español Pol García y el chileno Luis Pávez, -quienes no están a la altura de los jugadores que salieron-, al igual que la de nacionales que viven del pasado como Marco Fabián, el FC Juárez luce débil, vulnerable en el terreno de juego, falto de empaque y de solidez en sus distintas líneas.

Ello, gracias a las gestiones del personal de pantalón largo como el director deportivo Héctor Lara -que ya se marchó del equipo- y del presidente ejecutivo Guillermo Cantú, quien también se tiene que ir, al igual que el mediocampista De la Mora, hoy enviado a la banca.

Tras el revés ante Santos Laguna por 3-2 el domingo anterior y la goleada de 6-1 a manos de Monterrey, Bravos murió de lo mismo, de nada, en otra exhibición de su patético nivel de juego que lastima los ojos de los aficionados y lacera sus corazones.

A pesar que Atlas bajó el ritmo en el segundo tiempo y se dedicó a cuidar el gol de ventaja que logró a los 38 minutos producto de su amplio dominio en las acciones del encuentro, a su insistencia en el arco visitante y a que le ‘apedreó el rancho a Bravos’, lejos de empatar el marcador, Juárez recibió el segundo tanto en un contragolpe instantes antes del final.

Con ello, sentenció una desgracia más en una semana de pesadilla, para el olvido.

De poco o nada sirvieron las inclusiones desde el inicio de Alberto Acosta, Elio Castro, Ayron del Valle y Flavio Santos en lugar de Luis Pávez, Víctor Velázquez, William Mendieta y Fabián que realizó el entrenador Luis Fernando Tena.

Menos amplio que el miércoles anterior gracias a que el arquero Enrique Palos evitó la goleada con al menos tres atinadas y oportunas intervenciones, al final del partido, el resultado fue el mismo: una derrota y otro baile, especialmente en el primer tiempo, con Luciano Acosta como protagonista y orquestador de parte de los Rojinegros.

En descargo de Tena que, como todo técnico, es ‘hijo de los resultados’ y baila en la cuerda floja luego de dos triunfos, dos empates y cinco derrotas en nueve juegos, sólo ocho unidades de 27 posibles y un espantoso -12 en la diferencia de goles, la plantilla con la que cuenta Bravos ha demostrado que no cuenta con la calidad futbolística requerida para competir en Primera División.

Simple y llanamente, no hay para dónde voltear y de darse un cambio en el área técnica, dudo mucho que el panorama mejore considerablemente.

Inoperante en las dos áreas, inofensivo en el ataque y frágil en la defensa, en el FC Juárez afloraron nuevamente sus grandes deficiencias.

En la central, Bravos carece de un líder que grite y mande, no defiende absolutamente nada y concede muchas ventajas; en el remate a gol, García se pierde totalmente y no llega a la marca y, en el segundo, Renato Ibarra supera a su marcador y aprovecha que Palos duda y se ‘atornilla’ en la salida.

A la ofensiva, Juárez sacó un disparo de Santos y dos centros peligrosos al área de Matías García que no encontraron la pierna de Darío Lezcano y párele de contar.

No hay tiempo que perder, es el aquí y ahora para Bravos y Alejandra de la Vega, presidenta del consejo de administración, debe tomar decisiones de fondo, de raíz, barrer y limpiar la casa para tratar de corregir el rumbo en un club cimentado en castillos de arena que se desmorona como terrón de azúcar.

Ante la crítica situación que vive el FC Juárez me pregunto: ¿para vivir estas vergüenzas y ser la comidilla en la Liga MX se compró la franquicia de Lobos BUAP y se ganó en la mesa el derecho de participar en el máximo circuito del futbol mexicano?

Con gusto leo tus comentarios, saludos