La primera certificación en manos de Ed Maverick llegó tras un show en el Lunario en junio de 2019, estaba rodeado de su banda, sorprendido y alentado, restaba pistear y encontrarle espacio en el departamento chilango que habitaba, sin de repente despertar.
Y el sueño continúa. A dos años de aquella hazaña muchas cosas han cambiado en la vida de Eddie, desde lo físico hasta en pensamiento, empezando porque la cara de niño ha desaparecido y dado pie a un hombre de cara alargada, semblante de optimismo, ansioso a más no poder, rodeó su depa a lo largo de la charla que dio a Excélsior, y una cabellera larga y no abultada. Su rostro ya se puede ver, a comparación de hace unos años.
Su vida no ha cambiado en absoluto, ni por las más de 30 certificaciones que acaparan su piso en chilangolandia. Y su vida es la misma: redujo el contacto con la familia, y se limita a hablar con su mamá, hermano y hermana.
Está chido que a nadie nos importe que yo sea artista”, carcajeó al decirlo, “no hay necesidad de mencionarlo. Lo normalizamos y yo me siento más cómodo cuando no me hablan de esto todo el tiempo. Es cansada la repetición. No me gusta. No dicen ‘¡es la estrella de la familia’, nel, es algo implícito y por mí mejor”, agregó levantando el pulgar.
Eddie es autor de canciones cortavenas como Fuentes de Ortiz, Ropa de Bazar o la favorita del español C. Tangana, Acurrucar. Es fruto de la vida pasada en su pueblo, de comenzar en un grupo sierreño, tocar en bares y llegar a una ciudad que en absoluto lo hacía feliz, hasta que se adaptó al caos urbano y escondió su nostalgia ante la tranquilidad y paz que le aportaba la provincia.
La neta sí quiero al DF. Lo terminé queriendo. Tuve que encontrar la manera, porque es una bestia que hay que tomar por las nueve colas. Las nuevas canciones tienen mucho del sentimiento de las primeras, no quise cambiar mucho porque la gente pondría cara de ‘¿qué pedo?’ Y yo también.
Es la primera vez que escribo todo en Ciudad de México, nada en Delicias. Se va a notar: básicamente sigue siendo medio simple. También yo soy muy mamador, será algo poco abstracto, pero van a encontrar algo similar a Mix para llorar en tu cuarto en onda sicodélica y con mis vivencias en esta bestia. Lo van a notar”, adelantó.
El presupuesto para armar el álbum lo motivó, no es para menos, Milo Froideval en la producción, videoclips por grabar y un streaming en puerta. Los ensayos comenzaron el martes pasado.
Sin embargo, la perfección no es lo que a Eddie hace feliz. Es su sonido crudo lo que, a juzgar por sus palabras, hacen que Ed Maverick sea la definición del hombre y su guitarra, sin más. El álbum debe esperar porque remezclará para remover lujos de producción y enaltecer el garage y folk que lo hacen único.
Quizá sea en abril la salida de su sencillo, quizá no, ni él lo sabe. Pero 2021 va a tener su esperado nuevo disco y también un streaming mundial que ocurrirá el próximo 24 de abril.
- TANGANA ES SU FAN
El efecto Ed Maverick no sólo le ha quitado el sueño a nueva y vieja generación mexicana, también a C. Tangana.
Me habló y me dijo ‘Eddie, Acurrucar es ‘la canción’”, y que un vato como él, que está estudiando en letras y todo el pedo te lo diga, está súper chido”, narró.
Y fue como Puchito, licenciado en filosofía por la universidad complutense de Madrid, cayó rendido y no se resistió a que el mexicano le hiciera el honor de grabar en la visceral balada Párteme la cara, que formar parte de su nuevo álbum El Madrileño.
Se me hace bonito que alguien viera de esa forma mi música. Normalmente se lo enseñas a alguien que sabe de música o de letras y lo encuentran como una nimiedad, y él, que estudió letras, supo brincarse al lado del sentimiento, sin complejos, sin clavarse con la riqueza musical.
Se trepó en el querer conectar y, la neta, me transmitió mucha confianza. Usualmente se me hace difícil colaborar porque llego a pensar que no soy un artista, apenas empiezo a agarrar el pedo de que, colaborar y muchas otras cosas, son cosas del oficio”, dijo.
Sus colaboraciones son contadas. Porque lo hacen sentir incómodo, el español hizo todo lo contrario. Ahora quiere sumarlo a más cosas y piensa en otros nombres internacionales y nacionales, más allá de su círculo de amistad.
Estoy aquí para entretenerme, escribir lo que siento y si a la gente le gusta, qué chido, si deja de pasar me regreso a Chihuas y no tengo pedo en ese aspecto”, apuntó.
Es el mismo Ed Maverick de siempre, el desprendido hombre terrenal y sincero con apenas 20 años.