BRAVOS, DONDE MIRE DUELE

Columna: A TÍTULO PERSONAL

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Por Sergio Arturo Duarte Méndez

Conecta Juárez

Prisionero de una crisis que supera todo precedente en la historia del futbol profesional de esta ciudad, incluso por encima de los más tristes episodios de Cobras e Indios, rehén de una gavilla de oportunistas y mercenarios que se sirven con la cuchara grande, con sueldos muy altos e infame desempeño, encabezados por el presidente ejecutivo Guillermo Cantú, en Bravos FC Juárez, donde uno mira duele como dicen las abuelitas y donde le rasque, en el aspecto deportivo, administrativo y gerencial, sale pus.

Debido a las grandes fallas y errores que hay en estas áreas, el club es un vivo ejemplo de cómo no hacer las cosas en el balompié nacional y los malos resultados obtenidos, un fiel reflejo de ello.

La contratación de Cantú y su gente -Héctor Lara y Gabriel Saucedo, ahora en Cruz Azul- como remedio a la enfermedad llamada Álvaro Navarro resultó peor y a Bravos le ha salido más caro el caldo que las albóndigas.

Durante la gestión del exjugador, su efectividad es de un paupérrimo 32.1 por ciento con tres técnicos -Gabriel Caballero, Luis Fernando Tena y Luis Alfonso Sosa-, 6 victorias, 9 empates y 13 reveses y 27 puntos de 84 posibles.

A pesar de contar con un grupo de dueños de alto poder adquisitivo con Alejandra de la Vega al frente del Consejo de Administración -y, a la vez, desconocedor del mundo del futbol-, en lo deportivo, la escuadra navega en el Guardianes 2021 a la deriva en el último lugar de la tabla general con nueve puntos de 36 posibles y es el hazmerreír de la categoría.

Con una plantilla de jugadores que, como hemos dicho en anteriores espacios aquí en A Título Personal, no cuenta con la calidad suficiente para competir en Primera División y, en los últimos tres torneos ha sido desmantelada paulatinamente para dar lugar a refuerzos de bajo nivel que han servido sólo para que la gente de pantalón largo haga negocio -como el caso del paraguayo Blas Armoa documentado por el periodista y columnista de RECORD, Ignacio Suárez-, y qué me dice del fiasco llamado Marco Fabián, cuestionado por un sector de asistentes al duelo contra Cruz Azul, el cambio de director técnico no ha solucionado en nada la situación del equipo.

Sosa, quien relevó a Tena ha probado a gran parte del plantel en dos partidos y en ambos ha salido con la derrota por la mínima diferencia ante Necaxa y Cruz Azul.

Aunado al tema deportivo, en este último juego, las gradas pintadas de azul en el Estadio Olímpico Benito Juárez evidenciaron a la dirigencia de la escuadra que, desde su creación, en el 2015, no ha sabido cómo despertar un sentido de pertenencia y de identidad hacia el equipo entre la mayoría de los aficionados al futbol aquí, quienes sienten muy lejana a la escuadra -a partir del nacimiento del conjunto no aceptaron ni el nombre ni los colores- y que difícilmente lo conseguirán, pues con buena estrella, se nace.

Tal es el vacío que Bravos no ha hecho olvidar a los Indios y en los partidos del FC Juárez, llamados por algunos despectivamente Mansos o Ponys, aún se aprecian aficionados con los colores de la extinta tribu en sus camisetas.

Jugar de visitantes en casa en la Liga MX contra equipos grandes como América, Cruz Azul, Pumas, Chivas o Tigres, es un hecho que históricamente se ha dado en Juárez y que sólo Indios y sus seguidores equilibraron la balanza en algunas ocasiones como aquella entrada contra Guadalajara, el 10 de mayo del 2009, duelo que se dio entre una afición dividida y no mayoría del ‘Rebaño Sagrado’.

A la deriva, sin rumbo fijo, Bravos se ahoga en el departamento de cociente donde su tablita de salvación para evitar pagar los 120 millones de pesos de multa se llama San Luis -su rival de este viernes-, pero luce condenado a pagar 70 millones como penúltimo sitio.

En el cierre del Guardianes 2021, en puerta, aparte del San Luis, el FC Juárez tiene duelos complicados contra Tigres aquí, en cotejo pendiente de la fecha 5, el 14 de abril, luego visita a León y a Querétaro y cierra en casa contra Toluca. ¡Dios nos agarre confesados!

Así, los gastos y los desembolsos superan los ingresos en un barril sin fondo y saco roto que parece no tener fin para la directiva que deberá invertir mucho más dinero para verdaderamente reforzar al equipo en el futuro porque la tormenta apenas inicia, el panorama en la tabla porcentual luce desolador y la permanencia en la Liga MX puede resultarle mucho más cara que si existiera el descenso deportivo.

A ello agregue otros millones de pesos más por el tema no finiquitado de la compra de la franquicia de Lobos BUAP.

El caos permea y cae como cascada desde el primer equipo, pasa por el cuadro femenil y llega hasta las divisiones inferiores, donde infames personajes que no tienen cabida en otros clubes en el centro del país como el auxiliar técnico Enrique Echeverría cobran protagonismo a la mala, pues maltrata, humilla y pisotea a los jóvenes futbolistas.

Sin la figura de un director deportivo tras la graciosa huida de Lara y sin que nadie le ponga un alto, Echeverría asume un rol que supera la autoridad de Eliud Ruiz, director de fuerzas básicas, quien tampoco ha hecho su trabajo como se debe y de Tomás Campos, entrenador de la Sub 20.

Echeverría y Ruiz han secuestrado a las divisiones inferiores de Bravos que al igual que todos los representativos del club, son perdedores y campaña tras campaña lo ratifican y, lo más preocupante, no forman ni producen talentos para el conjunto de la Liga MX, que es su misión primordial.

Ciertamente Cobras -primera experiencia de De La Vega Arizpe en el futbol mexicano- descendió y se fue por la puerta de atrás después de quitarle importantes jugadores al plantel e Indios cayó en una racha de 27 juegos al hilo sin ganar -que después superó Veracruz-, descendió y fue desafiliado por adeudos por la Federación Mexicana de Futbol, el 28 de diciembre del 2011, pero, en su momento cada club dejó cierta huella -como al menos la lucha en el campo- que Bravos parece que no tendrá, a menos que venga una limpia, un cambio radical, de raíz, de fondo y no de forma en toda la organización, si es que se le puede llamar así.

 

Columna: A TÍTULO PERSONAL