¡BRAVO PAPELÓN!

Columna: A TÍTULO PERSONAL

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Por Sergio Arturo Duarte Méndez

Conecta Juárez

Antepenúltimo lugar en la tabla general con 15 puntos de 51 posibles, -equivalente a un paupérrimo 29.41 por ciento de efectividad-, el tercer peor conjunto en el cociente -112 puntos en 103 juegos (1.0874)-, acreedor a una multa de 50 millones de pesos de parte de la Federación Mexicana de Futbol para mantener la categoría, fuera de los 12 mejores y del repechaje -que ya es mucho pedir-, un presidente ejecutivo -Guillermo Cantú- cuestionado, ineficaz, incapaz y falto de compromiso con el club, una plantilla de jugadores desmantelada torneo a torneo, que no es de Primera División, dos técnicos -Luis Fernando Tena y Luis Alfonso Sosa- que no dieron resultados y, la confirmación que el incumplimiento de objetivos es una constante en la directiva que preside Alejandra de la Vega desde el nacimiento del equipo en 2015, es el recuento de los daños de Bravos FC Juárez en el Guardianes 2021, una campaña de terror y espanto, la peor en la corta historia de la escuadra en la Liga MX.

Además, las salidas en silencio en plena justa del director deportivo Héctor Lara -responsable junto a Cantú de las bajas de jugadores y de contrataciones de refuerzos- y del administrativo Gabriel Saucedo a Cruz Azul, dejaron muy mal parada a la de por sí gris gestión del referido presidente ejecutivo.

Si bien el equipo cerró la justa el viernes anterior con un inesperado triunfo por 1-0 sobre Toluca, las determinaciones tomadas por la dirigencia de la institución como el ‘armado’ de la plantilla, el momento de la salida de Tena y la elección de Sosa Cisneros, cobraron factura e incidieron de manera directa en los pésimos resultados obtenidos en el campo por la escuadra fronteriza -cuatro triunfos, tres empates y diez derrotas, 13 goles a favor y 29 en contra para una diferencia de -16 anotaciones-.

Acompañado de ellos, hubo encuentros, como los disputados contra Puebla (4-0) y Monterrey (6-1) en las fechas seis y nueve en los que los Bravos simplemente fueron exhibidos y desnudados futbolísticamente.

Si nos remontamos al origen del FC Juárez, en la entonces llamada Liga de Ascenso, la directiva a cargo de De la Vega Arizpe, de su esposo Paul Foster y de las familias de inversionistas de El Paso, Texas, no ha cumplido con las metas propuestas en lo deportivo como la anhelada consecución del ascenso que no se dio tras las derrotas en instancias finales ante Necaxa, Lobos BUAP y Alebrijes Oaxaca.

Establecido por Álvaro Navarro, -ex vicepresidente deportivo- para lograrse en 2020, el cambio de categoría no se produjo ese año sino uno antes, pero por la vía de la compra de la franquicia de Lobos BUAP y no fue ganado a pulso en el rectángulo verde.

De entonces a la fecha, el balance y el corte de caja han sido malos, hoy más que nunca con la menor cantidad de unidades sumadas -15- en 17 jornadas, sólo una más que en el interrumpido Clausura 2020 debido a la pandemia de Covid-19, en el que Bravos totalizó 14 puntos en 10 fechas.

Aunado a esto, en casi seis años, el FC Juárez no ha crecido como club, los pequeños grandes detalles como la falta de adecuadas instalaciones al nivel de la categoría en la que se compite para entrenar, equipadas con baños -no portátiles-, vestidores y regaderas, así como canchas en excelentes condiciones no como las actuales ubicadas en el Club de Veteranos, donde la queja de futbolistas propios y extraños es su dureza, lo que los hace propensos a lesiones en tobillos y rodillas, especialmente a los jugadores de edad avanzada, van en contra de la imagen del equipo a nivel nacional, son objeto de burla de parte de los integrantes de escuadras rivales y desmotivan a los integrantes del plantel local, al igual que la logística en los viajes, responsabilidad del secretario técnico Pablo Metlich.

Por si fuera poco, Bravos no tiene oficinas propias, sino rentadas, tampoco casa club y hay un proyecto de nuevo estadio anunciado con bombo y platillo, pero hasta ahí.

En lo estrictamente deportivo, FC Juárez fue muy chato al ataque y una coladera en la defensa con 29 tantos aceptados, la segunda peor del torneo.

A la ofensiva, marcó únicamente 13 tantos, cinco de ellos por medio de su líder goleador Darío Lezcano que no ofreció su mejor versión, anotó cinco dianas, falló varios penalties, falto de acompañamiento en el eje del ataque lució como el Llanero Solitario y aquejado por una lesión fue operado de la rodilla antes del final del torneo.

Sin duda, Lezcano extrañó a Mauro ‘Rayo’ Fernández como en su momento al charrúa Diego Rolán, quien por la falta de una adecuada gestión deportiva de la gente de ‘pantalón largo’, en especial de Lara, cuando estaba libre, no regresó a esta ciudad.

En la defensa, las bajas de Bruno Romo y de Maximiliano Olivera pesaron muchísimo en la zaga, la contratación del español Pol García resultó un fiasco -a tal grado que no fue un titular indiscutible-, el chileno Luis Pavez tampoco fue la solución y en esta línea los foráneos no cumplieron con la frase acuñada por el comentarista Enrique ‘Perro’ Bermúdez en el sentido que el extranjero que venga al futbol mexicano debe ser mejor que el jugador nacional para justificar su contratación.

Baluarte en el cuadro bajo del equipo en pasadas campañas, el paraguayo Víctor Velázquez tuvo un Guardianes 2021 complicado, su nivel de juego sufrió una sensible baja; con todo ello, sumó 16 partidos de 17 en el once inicial y contribuyó con un par de goles.

En el marco, Iván Vázquez Mellado y Enrique Palos alternaron la titularidad y pese a que tuvieron destellos de su experiencia, también cometieron errores graves que pesaron en el marcador y es posible que uno de ellos salga del equipo.

Noticia a nivel nacional por su constante actividad en las redes sociales y por no cumplir las reglas de prevención de la Liga MX en épocas de pandemia, el socialite Marco Fabián demostró que sus mejores años quedaron en el pasado, que su cabeza está en otro lado, por lo que su contratación resultó una absoluta burla y un engaño para Bravos y sus aficionados.

Entre el grupo de futbolistas con balance negativo que igualmente quedaron a deber están el argentino Matías García -quien llegó al equipo con etiqueta de crack-, el contención Andrés Iniestra y qué decir del paraguayo Blas Armoa y de Martín Galván (con todo y su gol del triunfo sobre Toluca).

Y la lista de los que no rindieron incluye también al paraguayo William Mendieta, a Eryc Castillo y Ayron del Valle, quienes en su estancia en el equipo no han podido ser titulares durante un torneo, ya no digamos marcar diferencia con su futbol.

De lo poco rescatable junto a Lezcano está Joaquín Esquivel y su etiqueta de seleccionado nacional Sub 23 y próximamente olímpico, quien puede fungir como moneda de cambio para bien de él, con una muy bien ganada oportunidad para jugar en otro equipo de mucho mayor proyección y nivel que Bravos.

La buena noticia es la calificación de la Sub 20 a cuartos de final por vez primera, con el gran asterisco que el equipo a cargo de Tomás Campos ‘bajó’ durante la campaña a elementos del conjunto de Liga MX, lo cual, otros rivales dejaron de hacer.

En fin, terminó el suplicio llamado Guardianes 2021 para el FC Juárez; a menos que ocurra un milagro o se dé una sacudida, una limpia o un golpe de timón que cimbre a la organización -por llamarla de manera decorosa-, desde el primer equipo, Bravas y hasta divisiones inferiores, el futuro de la escuadra luce incluso más negro que el presente y para el torneo entrante no pierda de vista la tabla de cociente.