Ludueña siente emoción por foto con Carlos Acevedo en el 2008

Daniel Ludueña observa la imagen del 2008 cuando el chico que le acompaña previo al inicio de la final ante Cruz Azul es Carlos Acevedo, hoy portero de Santos.

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Suelta una carcajada y comenta, “en ese momento no ves nada, te burbujea todo el cuerpo, no reparas en el chiquito que está contigo, ¡mira cómo es la vida que da vueltas!”.

Acevedo le llegaba al tórax y hoy ha rebasado en altura al Hachita Ludueña, “ha crecido de golpe, si bien tiene pocos partidos ha tenido que desarrollarse pronto”, relata.

Hoy Ludueña es un coahuilense más que se estruja los dedos en espera de que comience una final de Santos. A punto de abrir una escuela de futbol con su nombre, se centra en Carlos Acevedo como el ejemplo del esfuerzo de toda una región por triunfar enfundado en la camiseta verdiblanca.

Carlos tiene una historia peculiar de pelea, como es esta región de Torreón, miren lo que es no bajar los brazos sino al contrario, luchar sin descanso, hoy por eso está en una final, la verdad es admirable lo que ha hecho”.

Asegura Ludueña que en esa final del 2008 (3-2 global para Santos) estaba obnubilado por la concentración, “no pensaba en otra cosa que en el juego, no veía más que al Cruz Azul, a mis compañeros y la bola, además de la portería claro”.

Por eso, cuando le llega la imagen de él y Acevedo no puede creer que el que está ahora desde afuera apoyando a ese chico, sea él.

Ojalá que en aquel año con lo que hicimos, haya festejado con mucho ánimo el campeonato porque ahora soy yo el que espera celebrar con lo que él haga”.

Asomándose a través de túnel de este recuerdo, Daniel Hachita Ludueña confiesa que ha saludado algunas veces a Carlos, “pero no me gusta molestar a los jugadores, no quiero ser indiscreto, cuando lo llego a encontrar, lo saludo solamente. Seguro que cuando vio esta foto, también sonrió”.