La mordedura o picadura de un arácnido puede repercutir en síntomas como la aparición de ampollas, ardor, picazón, irritación, sudoración, dolor de cabeza, fiebre, nausea y vómitos.
El afectado debe acudir inmediatamente a la unidad de salud más cercana para recibir atención médica y si es posible se debe llevar el ejemplar para que sea identificado y se aplique un tratamiento adecuado al paciente; además, hay que evitar los torniquetes, succionar el veneno de la herida, incisiones, o cualquier otro remedio casero que pueda empeorar los síntomas.
Para evitar la aparición de fauna nociva en el hogar, se deben realizar medidas preventivas como separar las camas de las paredes, sacudir la ropa y calzado antes de utilizarlo, evitar el acumulamiento de escombros y tiliches en el hogar, revisar la cama antes de ir a dormir, y consultar a un profesional para realizar la fumigación del hogar.
Durante el verano y la temporada de lluvias, es común que arácnidos como arañas y alacranes se desplacen en búsqueda de resguardo y por consiguiente entren a los hogares de los juarenses, aunque la mayoría son inofensivos para la salud de las personas, existen casos como la araña violinista, la viuda negra o el escorpión de tres bandas, cuyas mordeduras pueden ser un riesgo para la salud.