Las fuerzas de seguridad de Polonia aseguraban la frontera oriental del país en pleno conflicto migratorio con Bielorrusia y protegían la capital y otras ciudades durante las marchas organizadas el jueves por grupos de ultraderecha con motivo del Día de la Independencia, que en el pasado acabaron con violencia.
Polonia asegura que desde el verano un creciente número de refugiados y migrantes tratan de entrar al país desde Bielorrusia. La frontera entre las dos naciones forma parte de la frontera oriental de la Unión Europea, quien acusa al régimen de Minsk de alentar la inmigración ilegal para crear inestabilidad en Occidente.
El enfrentamiento político alcanzó una nueva cota esta semana tras la llegada a la frontera de un gran grupo de migrantes, la mayoría de ellos de Oriente Medio. Algunos trataron de cruzar por la fuerza y cientos, posiblemente miles, más siguen en campamentos improvisados al aire libre con temperaturas gélidas, lo que agrava las preocupaciones humanitarias.
Durante la noche se produjeron nuevos intentos de entrada a Polonia, incluyendo uno con un grupo de 150 personas, explicó Bartosz Grodecki, viceministro de Interior, el jueves en una entrevista con la televisora estatal Polsat.
Según Grodecki, las autoridades polacas creen que podría haber otro intento de entrar al país por la fuerza en la noche del jueves. Muchos de los agentes de policía que vigilarán la Marcha de la Independencia en Varsovia serán enviados a la zona justo después del acto, añadió.
Occidente acusa al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de animar a migrantes de Oriente Medio a viajar a su país y de enviarlos hacia sus vecinos de la UE — Polonia, Lituania y Letonia — como una forma de vengarse de las sanciones impuestas por el bloque luego de la represión de su autoritario gobierno a la disidencia interna tras su polémica reelección en 2020.
La UE estudia ahora el papel que han jugado algunas aerolíneas en el transporte de los migrantes y refugiados hasta su frontera. El gobierno de Polonia ha apuntado a una posible implicación de Turquía, algo que Ankara niega.
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, abordó la crisis durante una conversación telefónica con su homólogo polaco el miércoles. El mandatario rechazó las “acusaciones infundadas” de que el país y su aerolínea estatal, Turkish Airlines, están trasladando a gente a Bielorrusia, dijeron funcionarios turcos.
Por otra parte, el viceministro de Migraciones de Irak, Karim al-Nuri, dijo a la agencia noticiosa estatal rusa Sputnik que Bagdad facilitará el regreso al país de sus ciudadanos atrapados en Bielorrusia que así lo deseen a través de su embajada en Rusia.