El poeta de las canchas

Franz Beckenbauer se curtió en México, quien lo vio jugar con Alemania en los años 70 

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Se diría que Franz Beckenbauer se curtió en México. Quien lo vio jugar con Alemania en los años 70 advirtió a un defensa con voluntad de director técnico. El primer Mundial mexicano preocupaba. La altura y el calor afectarían a los futbolistas, decían los expertos.

Sin embargo, eso no impidió que en el Estadio Azteca se jugara “El Partido del Siglo”, la frenética semifinal entre Alemania e Italia que terminó 4-3  para los italianos y con Beckenbauer jugando con el brazo en cabestrillo por dislocación del hombro, pues los germanos ya habían hecho los cambios permitidos.

Ahí demostró su voluntad de competir y ganar. Cuatro años después, en 1974, el gran capitán alemán alzó la Copa del Mundo en su país. Más tarde, en México 86, sin experiencia previa como entrenador, Beckenbauer llevó a la final a Alemania, que caería ante Argentina, a la que derrotaría cuatro años después, en Italia 90.

“Llegamos a nuestro objetivo mínimo”, dijo El Káiser antes de la final en tierras italianas. Quería competir. Y ganar.