2022 Y EL ARTE DE PATEAR EL BOTE

Columna: LA OTRA ORILLA

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Por Claudia Vázquez Fuentes

Con el arribo de un nuevo año es natural que se presenten diversos sentimientos como es la esperanza, el entusiasmo, la alegría, pero también aparecen en escena la incertidumbre ante los cambios y retos por venir. Antes de continuar con este escrito he de advertir que son una ferviente creyente que estamos presenciando la instalación del Nuevo Orden Global con los consiguientes enormes cambios que esto supone en todos los ámbitos, pero ese es tema para otro día.

Hoy escribo acerca de que realmente podemos esperar los ciudadanos de los tres niveles de gobierno y esto es prácticamente NADA.

Sí, leyó usted bien, no hay nada que esperar, al menos nada nuevo de lo que la genética del poder ha impuesto durante la existencia de todo el México moderno del siglo XX y XXI. Y esto es por la simple y sencilla razón que el Estado mexicano fue concebido como un ente de perpetuación del saqueo y la expoliación hasta el infinito de la pobreza.

Poco tienen nuestros gobiernos que ofrecer para este 2022. En especial Gobierno del Estado y Municipio, que están prácticamente ahorcados y cada vez más limitados en su margen de maniobra. Si bien, la situación no es nueva, con el curso de los años el rezago es cada vez mayor.  El crecimiento de la deuda imparable, una burocracia elefantiásica, cara e ineficiente, la corrupción, así como la centralización de los recursos han puesto a nuestros gobiernos locales contra las cuerdas.

Así que hay poco que esperar… difícilmente veremos inversión en obra pública y equipamiento. Los recursos ya están muy comprometidos para este año, el costo de la deuda y el gasto corriente, se llevan todo el pastel, así que solo queda la consabida estrategia de “patear el bote” que no es otra cosa que hacer como que hacen. Eventos, reuniones, convenios, entrega de apoyos, arranques de programas, obras y mucho reparto de dádivas es lo que veremos en este año 2022, todo aquello que los mantenga ocupados, rodeados de su séquito y seguidores, de quienes merodean a la espera de devorar las sobras que caen de la mesa, pero que son el pretexto para la foto.

La pérdida de poder real en los gobiernos locales va más allá de la desgracia que han supuesto décadas de pésimos gobiernos ya sea por la voraz corrupción o su ineficiencia administrativa, cuando no ambas tragedias a la vez. No, la pérdida de poder real de los gobiernos a nivel estatal y municipal se recrudece con las decisiones tomadas desde el primer como Presidente AMLO quien ha mantenido una ruta clara de centralización del control en manos del ejecutivo federal, en franca erosión al federalismo y el municipalismo como base del Estado.

El Presidente cree que el Estado es el encargado de regular el país y más grave aún, que el Estado es ÉL, lo que ha provocado reducir la capacidad de acción y decisión de todos los otros actores. De ahí que estados y municipios vean recortados sus presupuestos de manera constante, lo que los lleva a depender cada vez más de Gobierno Federal, contratar más deuda, aumentar impuestos y atender sus muy personales agendas.

Así que es fácil entender que cada vez los recursos sean menos, mientras los rezagos son enormes, en particular para Ciudad Juárez que según cálculos de algunos expertos en esto de la numeralia y del café, requeriría algo así como 80 años para alcanzar la inversión con la que cuenta Chihuahua capital. Así que entre la crisis mundial, el establecimiento de un Nuevo Orden, la inflación, el caudillismo, el fin anticipado del sexenio y el Ómicron….. lo que seguramente nos queda es presenciar los malabares y piruetas que habrán de hacer los gobiernos locales en esto de patear el bote.