Por Jorge Grajeda: Ricardo Peláez ha llegado a la directiva de los Cementeros y con ellos se han contratado una buena cantidad de jugadores y una vez más los aficionados se han ilusionado con alzar el anhelado trofeo de campeones de la Liga MX, el cual durante más de 18 años se les ha escapado.
Jugadores como Elías Hernández, Igor Lichnovski, Roberto Alvarado, Milton Caraglio, Pablo Aguilar, ya firmaron con el equipo azul y además se rumoran las llegadas de Joao Rojas, Raúl Ruidíaz, Gustavo Bou e Iván Marcone, por lo que la expectativa es alta.
Algunos dudan de que si estas contrataciones se dieron con la llegada del directivo, mientras que otros piensan que los resultados se deberán dar conforme pasen las jornadas por lo que aún no deberían de celebrarse estas contrataciones, sin embargo, todos coinciden que el objetivo principal debe de ser el título y sin esté, la temporada deberá de ser considerada como un fracaso.
La realidad, al menos para mí, es que Peláez si llegó a levantar la moral del equipo en general, algo que, tras los malos resultados de la campaña anterior, sin duda necesitaban, por lo que la primera parte de su trabajo se puede decir que se ha cumplido. El tope que deberán de cruzar y hacerlo rápido, es conseguir victorias, empezar a sumar puntos que le den tranquilidad a la afición y sobre todo a los jugadores y cuerpo técnico, sin embargo y a pesar de que muchas veces los directores deportivos cargan con la culpa, esto deberá de ser el reflejo de lo bien o mal que lo hagan los jugadores dentro del terreno de juego.
Peláez no estará en el campo, el no estará dirigiendo en el banquillo, su función principal es ilusionar a los aficionados y armar un equipo que en el papel sea uno de los principales competidores de la liga, tener tranquilidad entre las líneas del equipo celeste y sobre todo supervisar que haya armonía entre aficionados y el equipo, situación que creo hizo muy bien con el América y que ahora podrá volver a lograr en el equipo de La Noria.
