Los traficantes marinos de personas, que cruzan a migrantes entre Baja California y California por el Pacífico, pueden tener ganancias de alrededor de 23 millones de dólares anuales, de acuerdo con la información disponible.
Lo mínimo que cobran los coyotes del mar son 15 mil dólares por persona, pero la tarifa promedio es de 18 mil a 20 mil dólares, de acuerdo con versiones de sobrevivientes de accidentes fatales en las costas de San Diego.
El miércoles, en la Cámara de Diputados de México dieron a conocer que, en promedio, cada migrante que cruza vía terrestre de manera ilegal hacia Estados Unidos paga a los polleros casi cinco mil dólares.
Durante los últimos años se sabe que los traficantes marinos de migrantes zarpan en botes pesqueros de las inmediaciones de Popotla, un pueblo de pescadores al sur de Rosarito que saltó a la fama porque ahí se filmó la película Titanic.
Esos botes tienen, cuando mucho, cuatro metros de eslora y motor fuera de borda, pero las autoridades estadunidenses han encontrado tráfico marino de personas incluso en yates cerca de San Diego.
La mayoría de las veces patrocinados por sus familiares en Estados Unidos, los migrantes que prefieren cruzan por mar porque la frontera terrestre sigue cerrada.
Bajo la medida sanitaria Título 42, que autoriza a los agentes a regresar de inmediato a México a todos los migrantes que cruzan ilegalmente, las detenciones han aumentado.
La oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), que tiene a cargo las detenciones en el mar, tenía hasta el año pasado un promedio de mil 300 migrantes aprehendidos en costas de San Diego.
Sin embargo, el pasado fin de semana, en que hubo puente de descanso porque el lunes fue aniversario de la independencia estadunidense, las autoridades reportaron un aumento.
Este fin de semana se vio un incremento a nuestro ya alto número de interdicciones en el mar. Los contrabandistas de personas buscan aprovechar las mejores condiciones climáticas y las aguas tranquilas, así como un tráfico de embarcaciones recreativas” para ocultarse. dijo a Excélsior Brandon Tucker, director de la Oficina Aérea y Marítima de CBP.
Estamos trabajando con otras instituciones para detener estos intentos potencialmente peligrosos de contrabando marítimo”, afirmó.
El capitán Timothy Barelli, comandante de sector de la Guardia Costera en San Diego, coincidió en que “durante el pasado fin de semana festivo vimos un aumento general en la actividad marítima, que incluyó tanto a estadunidenses como a extranjeros que arriesgaron sus vidas para ingresar ilegalmente a Estados Unidos a través de la línea fronteriza marina del Pacífico”.
Barelli comentó a este diario que los migrantes que cruzan por el mar se exponen a naufragios, hipotermia o congelamiento y a morir por ahogamiento.
La semana pasada la corte federal en San Diego iba a sentenciar a un estadunidense pollero marítimo de migrantes quien, aunque se declaró culpable para mitigar cargos, todavía podría enfrentar la cadena perpetua, porque ocasionó tres muertes y docenas de heridos en un naufragio.
En mayo del año pasado, Antonio Hurtado transportaba en un viejo bote a 32 migrantes, a quienes aceptó que cobró 18 mil dólares, excepto a algunos niños a quienes bajó su tarifa a 15 mil dólares.
El motor del bote se averió a unos 50 metros de la costa, pero en zona de arrecifes, cuando la marea levantó, el bote chocó con las rocas y quedó convertido en escombros.
Al lugar acudieron rescatistas, bomberos y policías que rescataron a docenas de heridos y ayudaron a salir a los que resultaron ilesos, pero tres de ellos murieron.
Sobre el caso, cuya sentencia pasa para agosto, el fiscal federal con jurisdicción para la frontera de California, Randy Grossman, declaró: “Lo he dicho muchas veces, y lo diré una vez más: nunca confíes en coyotes. Sólo les importa el dinero. No les importa tu seguridad. No vale la pena arriesgar tu vida”.