El beso de la discordia

Visitantes se quedarán si su foto y sin su beso

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La madrugada de este miércoles este icónico callejón, que congrega a miles de personas, sobre todo a los enamorados para sellar ese sentimiento con un beso, fue clausurado a solo una semana de que inicie el Festival Internacional Cervantino.

El emblemático Callejón del Beso en Guanajuato, uno de los lugares más visitado por turistas y con una historia de amor, fue cerrado ante una serie de conflictos entre particulares y autoridades del Gobierno.

Así, durante la madrugada de este miércoles, este icónico callejón, que congrega a miles de personas, sobre todo a los enamorados para sellar ese sentimiento con un beso, fue clausurado a solo una semana de que inicie el Festival Internacional Cervantino.

Al lugar acudió personal de la Dirección de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial para colocar enormes tablas de madera a la mitad de las entradas del Callejón del Beso, mientras que por el lado del callejón El Venado, el cierre es total.

En los muros se observan sellos que la dependencia municipal colocó en señal de la clausura del lugar que indica la suspensión de la obra, por motivos de seguridad.

El conflicto deriva de la pugna entre particulares que involucra a la propietaria del balcón de Ana y los fotógrafos del sitio, al asegurar que la situación entre ambas partes se ha vuelto hostil llegando incluso a las agresiones físicas durante el pasado fin de semana.

Así, el alcalde, Alejandro Navarro aseguró que habrá mano dura contra los fotógrafos, y lamentó que el conflicto provoca un desprestigio a nivel nacional.

El edil advirtió además que los permisos para los fotógrafos también serían revocados.

Así inició el conflicto

El conflicto en el Callejón del Beso surgió cuando Norma Gámez, propietaria del balcón de Ana, incorporó a su comercio el servicio de “fotografía artística”, sin embargo, los fotógrafos autorizados por el municipio no estuvieron de acuerdo.

Fue entonces cuando ambas partes alegaron hostigamiento y agresiones físicas y verbales y en mayo pasado la propietaria colgó una manta roja en su balcón como protesta “a los abusos de los fotógrafos en Callejón del Beso”.