Los insólitos casos de asesinos seriales suelen generar expectación y curiosidad, además se han convertido en un elemento omnipresente en la cultura popular. Luego del éxito que representó la serie basada en Jeffrey Dahmer, Netflix estrena El ángel de la muerte (The Good Nurse), una película que inmortaliza a Charles Cullen, uno de los homicidas más crudos de Estados Unidos.
La película está protagonizada por dos ganadores del premio Oscar: Jessica Chastain (Los ojos de Tammy Faye) y Eddy Redmayne (La chica danesa). Es uno de los estrenos más esperados de la plataforma, además de controversiales debido a la descarnada historia que hay detrás de ella y que evidencia la negligencia con la que trabajan los hospitales.
El interés popular por Charles Cullen no sólo se debe a su modus operandi también a la forma en la que el sector salud encubrió por más de una década sus crímenes a pesar de las sospechas y pruebas existentes, un detalle en el que hace hincapié la cinta.
Quién es Charles Cullen, el enfermero asesino de ‘El ángel de la muerte’
Charles Cullen es un asesino serial al que se le atribuye la muerte de alrededor de 400 personas, si bien, él sólo confesó el homicidio de 29, crímenes que cometió en 16 años. Trabajó como enfermero en varios hospitales de Nueva Jersey, donde nació en 1960.
Fue el octavo hijo de una familia de profundamente católica, más tarde Cullen afirmaría que su infancia fue “miserable”. De acuerdo con The New Post, el hombre creció sin una figura paterna, pues su papá murió cuando él apenas tenía siete meses de nacido.
La primera vez que intentó quitarse la vida tenía 9 años, y trató de hacerlo otras 20 veces. Si la ausencia de un padre le generó una inestabilidad mental, el deceso de su madre -entonces él tenía 17 años- terminaría siendo un episodio que lo marcaría para siempre debido a las circunstancias de su muerte, pues falleció en un accidente automovilístico en el que conducía su hermana.
Se casó con Adrienne Taub, madre de sus dos hijas. Sin embargo, la pareja terminó separándose luego de varias denuncias de violencia doméstica en contra de Cullen, quien consumía alcohol de manera excesiva, además que presentaba un comportamiento extraño y era agresivo con el perro de la familia.
La historia criminal de Charles Cullen
Un año después de graduarse de la Escuela de Enfermería del Hospital Mountainside consiguió un puesto como enfermero en el Hospital Saint Barnabas en Livingston, en donde se sabe que ejecutó a su primera víctima: el juez John Yengo.
En 1993 fue detenido por acosar y allanar la casa de la enfermera Michelle Tomlinson. Ese mismo año fue investigado por el asesinato de Helen Dean, de 91 años, a pesar de las sospechas que tenía el hospital sobre su mala conductoa no fue despedido, al contrario, el renunció meses después a su cargo.
Charles Cullen asesinó a sus pacientes inyectándoles dosis letales de insulina y digoxina, un medicamento para el corazón que se utiliza para tratar la insuficiencia cardíaca. Usualmente solía agregar estas dos sustancias a las bolsas de suero para que pasara desapercibidas.
¿Qué ha sido de Charles Cullen?
Fue hasta el 2003 que finalmente el hombre fue detenido con la ayuda de Amy Loughren, una enfermera que trabajó a su lado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Somerset Medical Center en Somerset, Nueva Jersey.
Antes de que comenzaran las sospechas, Loughren y Cullen eran amigos inseparables y atendían a los pacientes en el horario nocturno. Cuando la enfermera descubrió lo que hacía colaboró con la policía para llevar al asesino ante la justicia.
Loughren le dijo falsamente a Cullen que la policía la estaba considerando sospechosa de los asesinatos en el Somerset Medical Center, fue entonces cuando Cullen aceptó dar una confesión formal a los detectives del caso. El ex enfermero aceptó que mató alrededor de 29 personas, que tenían entre 21 y 91 años, en siete hospitales diferentes en Nueva Jersey y Pensilvania.
Reportes indican que Cullen, ahora de 62 años, fue culpable de la muerte de 400 personas, aunque el recuento real sigue siendo desconocido. Fue sentenciado en 2006 a 11 cadenas perpetuas consecutivas (397 años) en prisión, pudo evitar la pena de muerte debido a su disposición para cooperar con las autoridades.
En una entrevista con 60 minutos, Cullen comentó que sospechaba que Loughren trabajaba con los agentes. A pesar de ello nunca se mostró molesto con su ex compañera y afirmó que no hubiera parado si no lo hubieran detenido. Finalmente, afirmó que Loughren “es una buena enfermera”. Actualmente, el asesino tiene 62 años y continúa en la cárcel.