Carolina Cano llegó a Corea del Sur en verano, para aprender más de una cultura que le interesa. Ahí le tocó el festejo de Halloween, del sábado, en el que murieron 154 personas.
“Es una situación que apenas me encuentro en proceso de asimilar”, relató la joven a Excélsior, a través de mensajes de Facebook.
Carolina estaba con su amiga Juliana, llegaron disfrazadas al distrito de Itaewon, se tomaron fotos.
Pero se toparon con la multitud en un callejón que lleva a la estación del metro, donde se congregó demasiada gente.
“Fue un suceso espantoso del que creí no salir con vida. Sentía que apenas me quedaban unos minutos más cuando llegó la ayuda y, de milagro, fui rescatada”, relató la joven originaria de Mexicali.
La angustia no terminó ahí.
Caro y Juliana perdieron comunicación por casi una hora. Se le acercaron cuatro mujeres.
“Mis ángeles, les llamo, y estuvieron conmigo hasta el reencuentro con Juliana”, dijo la estudiante de relaciones internacionales.
Este diario reportó ayer la historia de Juliana, estudiante de medicina, quien pasó 40 minutos entre la multitud.
“En mí, siento mucho agradecimiento por seguir aquí, con vida, y tener la oportunidad de volver a ver a familia”, afirmó Carolina.
Pero sigue el dolor por los fallecidos de los que fue testigo.
“Lo que requerimos Juliana y yo en este momento (por parte de la embajada” es el apoyo psicológico”, aseguró.
Con los días, Carolina va ganando confianza para hablar de lo sucedido en esa noche de Halloween.
“Es complicado para mí compartirlo, pero es necesario para mi proceso de sanación. Soy sobreviviente del pasado incidente de Itaewon. Hoy por fin puedo abrirme, estoy en mi proceso de asimilarlo”, expresó la joven en un mensaje de Facebook.