EL INE NO SE TOCA

Por Raúl Ruiz

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La marcha del pasado domingo 13 de noviembre refleja una extraña variación de los roles sociales.

Originalmente, habían sido las clases pobres quienes se manifestaban en protesta por los abusos que se perpetraban en su contra.

Hoy, vimos algo insólito.

Fueron los dueños del poder económico y los medios, quienes tomaron las calles enarbolando un engañoso razonamiento.

A la voz de ¡EL INE NO SE TOCA! Convocaron a sus seguidores.

En estos tiempos donde los embustes suelen vestirse de verdad, se puede trastocar lo que sea, los adversarios de la 4T se empecinan en hacer creer que la reforma electoral es un ardid, para llevarnos a la venezolanización o sea, la dictadura fatal. Y pienso que no es así.

Me explico.

Yo sí leí la propuesta de reforma electoral que impulsa López Obrador, y en ningún momento percibí la intención de demoler el Instituto Nacional Electoral.

Modificarlo sí.

Cambia de nombre: INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas).

Este último ‘apellido’ tiene por objeto darle fuerza a la gente para someter a votación de la ciudadanía, la aprobación o rechazo de un acto o una decisión del interés colectivo.

Disminución de la participación en una consulta popular de 40% que es lo vigente, a 33%, que es lo que se pretende, para que sea vinculante.

Y busqué y busqué, pero sinceramente, por ningún lado vi que el Instituto Nacional Electoral perdería autonomía.

Lo que sí, es que los Consejeros del INEC y magistrados del TEPJF serán propuestos por los tres poderes de la Unión y serán elegidos por medio de voto popular en elecciones abiertas.

Ojo. Propuestos por los tres poderes. NO POR LOS PARTIDOS POLÍTICOS. ¡Y en elección abierta!

¿Qué otras novedades?

Reducción del número de Consejeros del INEC de 11 a 7.

Reducción del número de diputados de 500 a 300.

Reducción del número de senadores de 128 a 96.

Otra cosa interesante es la reducción del financiamiento público a partidos políticos solo para las campañas electorales.

Las prerrogativas se acaban. En adelante los partidos sobrevivirán con el apoyo de su propia militancia.

Los adversarios del presidente, aquellos que gustan del ejercicio de tergiversar, no quieren admitir que la iniciativa está equilibrada.

Simplemente con la reducción del financiamiento público, Morena estaría perdiendo poco más de mil millones anuales.

Tergiversar es dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos.

O sesgar categorías a conveniencia.

Ahora veamos LOS DATOS sobre la asistencia.

Sheinbaum salió a decir que fueron entre 12 y 15 mil.

AMLO, corrigió y dijo que como entre 50 y 60.

Protección Civil, aseguró que cuando mucho eran 100 mil.

En un fake news que circuló en redes sociales, se dijo que un satélite norteamericano estimó en 810,378 las personas que asistieron a la marcha en CDMX. Así, con esa precisión.

De inmediato respondió otro, que un satélite ruso, contabilizó 312,143.

El periódico Reforma, consignó 330 mil.

Un panista sensato dijo… “siendo honestos creo que fueron 125 mil, pero de todos modos son un chingo”.

Para mí, es muy interesante ver cómo se van equilibrando las fuerzas. Esto habla de una transición hacia la democracia más perfectible.

Los insultos, las afrentas, los ultrajes, poco a poco irán disminuyendo.

Nadie dijo que el cambio de régimen sería terso y resplandeciente.

Por Raúl Ruiz – CARTAPACIO

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