La concentración en el zócalo de la Ciudad de México, a la que convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador, ayer 27 de noviembre del 2022, será considerada sin precedente en la historia de nuestro país.
Superando el estilo inventado por los priyistas, en materia de movilizaciones; el presidente, picado de coralillo, le zambutió más de un millón de simpatizantes al zócalo, y llenó de gente las calles aledañas en la cdmx, nomás para mostrarle ‘la cabecita’, a sus opositores.
Días antes, los hijos de Claudio X González, quisieron medir su fuerza de aglutinación.
Sin duda fue una sorpresa que entre los diversos grupos de conservadores y ultra derechistas hayan reunido en una marcha anti obradorista con poco más de 300 mil inconformes.
Acarreados o no, fueron un chingo. Nunca lo habían hecho tan choncho.
El pretexto fue la defensa al supuesto ultraje contra el INE, y por consecuencia a la negativa de la reforma electoral, planteada por el propio López Obrador.
Esto le causó mucho escozor al PEJE, pues jamás imaginó que habría tal densidad opositora en una movilización.
¿Cuánto les costó a los asociados de Claudio X González? Quizás nunca lo sabremos. Porque nunca lo van a decir, mucho menos a admitir, y como Guacamaya’s Leakes, trabaja para ellos, pues menos.
Ante el sinsabor que le causó al inquilino del Palacio Nacional, la reacción fue casi inmediata.
– Vamos a meter un millón al zócalo. Van a ver esos cabrones lo que es el poder. Habría dicho López Obrador a Adán Augusto en corto. (El diálogo es mío).
El costo de la movilización presidencial, según algunos analistas, fue de poco más de mil quinientos millones de pesos. Tal vez más.
Entre pago a los simpatizantes, traslado, y alimentos.
La estimación de pago al personal participante estuvo a razón de 600 pesos por cabeza. Más el transporte, hotel y la tragazón.
¿Se vale? En la guerra, la política y el amor, todo se vale.
¿Es ético? No.
Pero, estamos hablando de política, no de catecismo cristiano.
La justificación del presidente es, que el pueblo mexicano está jubiloso porque se asienta la cuarta transformación y dijo que eran millones de mexicanos los que deseaban participar en esa fiesta democrática.
Es la celebración de la cuarta transformación. Anticipó.
Yo estuve al pendiente desde el amanecer con la ayuda de corresponsales de Cartapacio que me apoyaron con fotografías, e información minuto a minuto.
Para el medio día, me reportaron zócalo lleno, calles aledañas saturadas, y la columna desde el zócalo por las calles de Madero y 5 de mayo, repletas desde La Alameda.
Y la línea de simpatizantes todavía por la calle de Reforma, hasta el Ángel y más atrás.
Mucha gente que ya no pudo avanzar y se quedaron haciendo fiesta a la altura del Auditorio Nacional.
Grupos musicales, venidos de todas las regiones del país.
La gente animada cantando y bailando.
La temperatura a 24°C.
Mariachis, bandas, marimbas, trajes regionales, pancartas, tragazón callejera, aguas de frutas, jolgorio.
Andrés Manuel llegó al Ángel a las 10 e hizo una caminata de 5 horas hasta el zócalo.
A las 3 de la tarde en punto comenzó a dar su mensaje:
110 acciones y logros de gobierno.
Su discurso fue un compendio de su informe de gobierno, sin duda un reporte que le estrujó en el rostro a sus opositores.
Interesante fue su apertura…
“Soy maderista. Sufragio efectivo, ¡No reelección!”
Y repitió… ¡NO REELECCIÓN!
Luego hizo notar que durante su caminata hacia el zócalo vio que el 80% de los simpatizantes son jóvenes. Y que le da mucho gusto haberle arrebatado al crimen organizado casi un millón de jóvenes que están ahora trabajando.
Y abrió su discurso con esta frase… AMOR CON AMOR SE PAGA.
Hay que reconocer que, para la edad, trae una energía envidiable.
Es seis meses menor que yo, y sinceramente el ritmo que mantiene es de un atleta de alto rendimiento. Y eso que se alimenta de tamales, garnachas y enchiladas en sus recorridos y giras por el país.
El discurso fue largo. ¡Una hora con cuarenta minutos. La gente se fue saliendo.
El mensaje fue sólido, pero me pareció excesivamente largo.
Y terminó diciendo:
“En México ya no gobierna la oligarquía.
Se acabaron los privilegios fiscales.
México está recuperando su prestigio mundial.
Estamos ganando la batalla contra el racismo y la discriminación.
México hoy es santuario de las libertades.
En México tenemos vocación de justicia y vocación democrática.”
Por Raúl Ruiz – CARTAPACIO
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