Estados Unidos tiene unos 28 mil 500 soldados en Corea del Sur para ayudar a proteger al país de su vecino del Norte.
Las fuerzas armadas de Estados Unidos lanzaron el miércoles en Corea del Sur una unidad de su fuerza espacial para ayudar a detectar el lanzamiento de misiles balísticos de Corea del Norte, así como para monitorear a China y Rusia. La nueva unidad brindará “detección y alerta de lanzamiento de misiles balísticos casi en tiempo real”, según un comunicado de las fuerzas en el país asiático.
“Apenas 48 millas (77 km) al norte de nosotros hay una amenaza existencial, una amenaza que debemos prepararnos para contener, defendernos y —de ser necesario— derrotar”, afirmó el teniente coronel Joshua McCullion, quien dirigirá la nueva unidad de la fuerza espacial.
Pyongyang ha realizado este año una oleada récord de pruebas armamentistas, incluyendo el disparo de su más reciente misil balístico intercontinental en noviembre. Estados Unidos tiene unos 28 mil 500 soldados en Corea del Sur para ayudar a proteger al país de su vecino del Norte. Los dos países de la península coreana están técnicamente en conflicto puesto que la Guerra de Corea (1950-1953) concluyó con un armisticio, no con un acuerdo de paz.
El ex presidente estadunidense Donald Trump ordenó en 2018 la creación de la fuerza espacial al señalar que el Pentágono necesitaba enfrentar las vulnerabilidades en el espacio y afirmar el dominio de su país en órbita. Las fuerzas armadas de Estados Unidos activaron en noviembre un componente de mando de la fuerza espacial en su Comando Indo Pacífico en Hawái.
La fuerza aérea surcoreana lanzó este mes su propio escuadrón espacial y busca fortalecer su cooperación espacial con Estados Unidos. Pyongyang, que enfrenta una prohibición de la ONU para realizar pruebas de misiles balísticos, asegura que sus ensayos armamentistas son una respuesta legítima a Washington, que busca aumentar la protección que brinda a sus aliados Seúl y Tokio.
También servirá para monitorear acciones de China y Rusia en la región, ya que aún existe una disputa tanto de Beijing sobre Taiwán como de Rusia sobre su influencia en las Islas Kiriles.