CUERPOS INERTES

Columna Cartapacio por Raúl Ruiz

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– “¡Escúchenme bien, cabrones! Tienen 48 horas para encontrar al pinche Neto y someterlo de nuevo a la justicia”.

Habría dicho la gobernadora, aquella mañana del 4 de enero después de la ceremonia de despedida a los caídos en el incidente de la fuga de 30 reos encabezados por Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias El Neto.

La presión de la opinión pública destrozaba la imagen de Maru Campos, y postura original de los miembros de la inútil mesa de seguridad liderada por ella. O sea, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Agencia Estatal de Investigación, la Fiscalía de Distrito Zona Norte y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. A los municipales los dejan fuera, porque les comen el mandado.

Los memes inundaron las redes sociales y la sonrisa de la gobernadora se iba transformando con el tiempo, en una desfigurada mueca, para solaz de la comunidad feisbukera, de la frontera más fabulosa que hay en el mundo.

Gabriel García Márquez habría escrito otra novela corta a la que posiblemente titularía… “La Gobernadora no tiene quién le escriba”.

Su justificación de ahora, parecía haber sido una réplica de aquel primer discurso emitido el 12 de agosto del año pasado luego del famoso jueves negro.

 “No están Solos”. Dijo entonces, y se dio una paseadita por las calles de Juárez a bordo de un vehículo militar, acompañada de los incompetentes “protectores” de nuestra sociedad. Y lo volvió a repetir.

Nomamespancho. Ya nadie le creyó.

Ni siquiera los empresarios que siempre se postran a sus pies en sumisión total.

Ante la amenazante instrucción de la gobernadora, los jefes se pusieron a trabajar, y para las 11 de la noche, ya tenían localizado y rodeado a El Neto, en una casa de la colonia Aztecas.

– ¡Dispárale pareja! Antes de que se suba al carro. Le dijo el oficial a su compañero.

Una ráfaga se escuchó y antes de que el Neto pudiera subir al BMW, blindado, y con placas del estado de Morelos, le perforó el pulmón derecho y le hizo pedazos las costillas.

El delincuente, alcanzó a subir, encender el carro y acelerar.

Dos cuadras adelante, ya ‘tocado’, se estrelló en una gasolinera y perdió el conocimiento. Como de película.

– “Ay cabrón creo que nos chingamos al Neto, pareja.

– A ver, quítale el parche del ojo.

– Sí es, ¡sí es!, compagre. No mames.

– ¿Todavía respira?

– Simón.

– Pos ayúdame a subirlo a la troca y lo llevamos en calidad de detenido. Espósalo y tómale una foto.

Los diligentes oficiales en el cumplimiento del deber, aplicaron el protocolo de detención y mientras le daban a conocer sus derechos, expiró.

(Perdón, pero el sarcasmo va por cortesía de la casa. Las declaraciones que hizo el fiscal Fierro, no dan mucha información como para recrear la escena, con narrativa literaria. Hago lo que puedo)

Conforme avanzaba el día, la gobernadora daba datos que todos desconocíamos. Como el desempaque de 78 drones, operados por el grupo de expertos denominado… QUÉ  K-DRONES.

En el operativo de localización y re captura de los prófugos se recuperaron 57 armas largas, 5 chalecos tácticos y 8 vehículos blindados.

Y de pasadita, dio a conocer que en diversos operativos anteriores se han recuperado casi 80 vehículos de los cuales, al menos 40 se consideran que han sido utilizados en la comisión de delitos.

Siempre he dicho que el control de la violencia ya no le pertenece al estado, sino al narcoimperio.

Pero cuando la sangre escurre hasta la sociedad civil, de pronto todas las corporaciones policíacas se vuelven muy eficientes y resuelven con mucha rapidez lo que antes parecía imposible.

Los medios digitales daban vuelo a la nota del deceso violento del NETO.

Mientras tanto, en Jesús María Distrito Culiacán, el grupo Firme, amenizaba el pachangón.

– Con todo cariño, para el patrón que viene a su pueblo donde dio sus primeros pasos. A convivir con su gente, ¡esto que dice… así!

Y se suelta Eduin Caz con la rola consentida de Ovidio Guzmán… Soy el Ratón.

– ¡Al suelo todos, cabrones! El que se mueva se muere.

Uniformados irrumpen en la fiesta.

Un helicóptero artillado sobrevuela y con un megáfono da instrucciones a la concurrencia.

– ¡Todos al suelo! Y las manos donde se vean.

La escena es de mucha acción, Ovidio con suma tranquilidad pone las manos sobre su cabeza.

Pero, esa… como diría la Nana Goya.

Esa es otra historia.

Se me agotó el espacio.

En la próxima entrega de Cartapacio, los pormenores de la detención de Ovidio Guzmán, su traslado a la cdmx y todo el borlote en Culiacán.

Bloqueos, incendios, la persecución a balazos del avión militar. Todo.

Chingao, lo que uno tiene que hacer para mantener atentos a los lectores.

Hasta la próxima.

Por Raúl Ruiz – CARTAPACIO

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