Hace algunos años, en la mera refriega de la mal llamada: Guerra Contra el Narco, de Felipe Calderón.
Que, por cierto, se le cayó el teatrino con el caso García Luna.
El finado doctor Abraham Paniagua y este columnista, elaboramos un trabajo académico de análisis, sobre el rudimentario, pero efectivo sistema de comunicación de los malandros, en el que, a través de mantas colgadas en los puentes, difundían sus atrocidades, amenazaban a las fuerzas del orden, o lanzaban retos a sus contrincantes.
Al mismo tiempo, informaban a la gente, sobre el porqué de su proceder.
El trabajo fue para una Bienal de comunicación, y el Doctor Paniagua la expuso brillantemente en aquel evento académico.
Era una novedad.
Hasta que los medios dejaron de difundir su contenido, pues se transformaban prácticamente en promotores de LA MAÑA.
El tema de los malandros en la frontera, no es novedad.
Siempre ha tenido vigencia.
Recuerdo incluso un par de películas de cuño local, que retratan el devenir de este segmento social en Ciudad Juárez.
Vida de Malandros y Qué Barrio.
Dos largos metrajes de Producciones Molinar, S A de C.V.
Con el trabajo de los realizadores Héctor y Chuy Molinar.
Las mantas, fueron desapareciendo.
Quince años más tarde, la evolución comunicacional del malandro, cambia, se desarrolla, se actualiza.
No sólo entra al mundo de la innovación tecnológica, sino que cobra presencia en redes sociales.
Sirva esta columna, como prefacio a lo que podría ser una segunda parte de análisis sobre el sistema comunicacional que guardan hoy los grupos criminales.
Ahora es el video en redes sociales. Es el terror por audios que circulan por WhatsApp.
Porque la extorsión telefónica es un “servicio” coloquial “al cliente”, en el que caen los verdaderamente tontos e ignorantes.
Sin embargo, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, que dirige el Mtro. César Muñoz, exhibe, algunos números de celulares identificados como fuentes de extorsión;
y en boletines de alerta pone a disposición los teléfonos de la policía para denunciar de inmediato.
Además del 911, por supuesto.
En el bajo mundo, hay niveles, obvio. No todos son malandros de rompe y rasga.
En esta nueva generación, evoluciona el delincuente, se actualiza tecnológicamente, y descubre nuevas formas para delinquir.
Crea, lo que yo llamaría, MALANDROS NET; su propia red de comunicación, usando por lo pronto la plataforma de Facebook.
Adiós a las mantas ensangrentadas.
Usan ahora la tecnología para hacer lo mismo que antes, amenazar a los polis: intimidar a sus adversarios; justificar sus crímenes; y ahora, con la novedad de exhibir a los gobernantes por recibir dinero a cambio de protección.
Usar la tecnología para difundir su “veldá”, diría Niurka.
Como hizo Donald Trump cuando fue cancelada su cuenta en Twitter por azuzar al pueblo norteamericano a la toma del Capitolio, el pasado 6 de enero.
Creó su plataforma Truth, y ahí concentra a sus seguidores radicales de ultra derecha.
Ya es viernes santo. Guárdese, reflexione, sea bueno.
Yo voy por mis nopalitos con pipián.
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