GRANJA DE CHIVOS EXPIATORIOS

Columna CARTAPACIO por Raúl Ruiz

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¡Los quiero a todos en la cárcel!

Si alguien va a pagar por el pato, tendrán que ser ellos.

Fue la instrucción “desde arriba”.

Y agarraron parejo.

La hebra se rompió por lo más delgado.

Esta narración obedece al guión de una película que acabo de ver.

Película inglesa, en la que se evidencia una cadena de corrupción desde el más alto nivel del poder.

En la trama, los que fueron a la cárcel eran chivos expiatorios y las pruebas, que apuntaban hacia personajes de alto rango en el gobierno, nunca fueron consideradas para exonerarlos.

Al final, estas pruebas, con mucha presión, fueron recibidas, pero nunca detuvieron a los verdaderos culpables.

Bajo amenazas, los abogados defensores, (de los inocentes), fueron “convenientemente” convencidos de llegar a un acuerdo.

Se excusarían de su demanda contra los verdaderos culpables y en un tiempo razonable liberarían a los chivos expiatorios; y las pruebas serían destruidas.

No sé porqué, el estrujante caso de los 40 muertos en el incendio de las oficinas del INM, en Ciudad Juárez, me suena muy parecido.

El incidente ha sido verdaderamente terrible e impactante en todo el orbe.

Lo cual, conmovió a todos, y merced a la presión política, el presidente López Obrador exigió a su manera, se detuviera a quienes hubiesen tenido responsabilidades directas en el caso.

Instrucción que de volada fue interpretada ¡a la mexicana!, o a la inglesa, como lo prefiera usted…

*¡Los quiero a todos en la cárcel!

Y las fiscalías actuaron en consecuencia…

Si alguien va a pagar por el pato, tendrán que ser ellos. (todos, menos el amigo del presidente. ¡oyeron!

* Fue la instrucción “desde arriba”. (Dijeron)

Igual que la película que vi. Nomamespancho… cuánta coincidencia.

Y ¡bolas, don Cuco!, apañaron a los que ustedes saben que aprehendieron.

Perooo.

Les valió Mother, agarrar parejo.

No voy a meter la mano al fuego, por nadie.

Perdón, no voy a meter la mano al hielo. No quiero hablar de fuego en este caso tan sensible.

Sin embargo, me parece, que detener a Juan Carlos Meza, coordinador del Grupo Beta de Protección a Migrantes, un grupo de rescate del Instituto Nacional de Migración (INM), y pasarlo a la granja de los chivos expiatorios, no ha sido muy inteligente que digamos.

Mucho menos el juez que juzga la causa en su contra por el delito de homicidio, lesiones y ejercicio ilícito del servicio público.

Pues, como en la película que vi, no sólo desestima las pruebas, sino que ¡no las admite!, a sus purititos calzones.

Esto se puede advertir en el video de la audiencia, que obra en poder de la defensa.

Hay una prueba que casi nunca se invoca. LA PRUEBA CIRCUNSTANCIAL.

No pretendo dictar cátedra sobre el tema, pero aprovecho para comentar que mi tesis para obtener la licenciatura como abogado, lleva por título “La Prueba Circunstancial en Materia Penal”.

No tiene caso hacer más comentarios, el juez se niega a aceptar pruebas y ante su irracional actuación, seguramente priva EL AMPARO.

A la familia del inculpado la asisten varias ONG’s que pugnan por los derechos humanos, y ya interpusieron su queja ante la Comisión Estatal de los derechos humanos.

Vamos a ver cual será el final de esta película, y cómo logra la autoridad deslindar responsabilidades, desde la granja de los chivos expiatorios.

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