La Batalla de Puebla fue un combate por la defensa de la soberanía y de la dignidad del pueblo de México, librada en las cercanías de la ciudad de Puebla. El pueblo mexicano se enfrentó bajo el mando del General Ignacio Zaragoza al ejército profesional del Segundo Imperio francés, dirigido por Charles Ferdinand Latrille.
El resultado fue la victoria contundente de los mexicanos. Este hecho se convirtió en símbolo de soberanía e independencia nacional, contribuye a la construcción de la identidad del pueblo mexicano y hasta la actualidad significa libertad, autonomía e independencia; fortalece además el nacionalismo de la población mexicana en el territorio nacional y en el extranjero.
Es significativo que el 5 de mayo se puede señalar como la principal celebración que conmemora la población mexicana en los Estado Unidos de América, siendo confundida incluso por el día de la Independencia.
En la Batalla del 5 de mayo el mando francés concentró su esfuerzo en el Fuerte de Guadalupe, por lo que lanzó un primer embate a este punto. A pesar de la superioridad en armamento de las fuerzas de Lorencez y el apoyo de militares del bando conservador mexicano, estos fueron detenidos por las tropas nacionales.
El ataque francés hacia el Fuerte de Guadalupe se repitió dos veces más, sin embargo, los soldados mexicanos lograron rechazarlos en ambas ocasiones y provocar con ello la retirada francesa.
El triunfo significó para los mexicanos la consecución de un éxito logrado pese a las divisiones de la sociedad, las condiciones desfavorables de inferioridad numérica y armamento ante el que se consideraba en esos momentos el mejor ejército del mundo.
De igual manera, el arrojo, valentía y patriotismo mostrado por los hombres comandados por el General Zaragoza, hicieron que este hecho de armas sea un símbolo de defensa de la soberanía e independencia de nuestra nación.