FUERA DE LA JUGADA

Columna CARTAPACIO por Raúl Ruiz

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Conforme se acercan los días para las definiciones en el interior de la alianza transgénero, VA POR MÉXICO, más me inclino a pensar que su única opción de peso es que los morenos escojan entre Adán Augusto y Claudia Sheinbaum, para dejar suelto a Marcelo Ebrard.

Entre 27 aspirantes de todos los colores y pelajes, donde se destacan despojos como Silvano Aureoles, quien está seguro de que no será el elegido, y prepara sus fierros para estar en la boleta, pero… por otro partido; o por el candor de María Ingenua Campos Galván, que con canicas de barro pretende la candidatura a la presidencia de México; o la arrogancia de Claudia Ruiz Massieu, que se sobrevalora al mil, no tienen una ficha competitiva.

Miguel Osorio Chong, como buen oriental, se guarda socarronamente toda la información que puede y deja que la fuerza de la corriente, arrastre todo el mugrero.

Sabe que está muy lejos de la posibilidad, pero con todo lo que sacó de información como Secretario de Gobernación, hará un paquete atractivo para el candidato que surja de la alianza transgénero y se lo venderá por si acaso.

En la decantación, los panistas van mano. No van a permitir que un priyista sea el candidato.

Así lo asumen todos. Los priyistas sobre todo.

Sin embargo, los hijos de la moronga azul (mote salido de la mañanera), en su ensoñación, no sólo olvidan el escenario adverso en el que se encuentran, ni admiten que se agotó el tiempo para construir una narrativa aceptable para competir, o que su proyecto tiene cero factibilidad.

Sino que se ponen ellos mismos la vara muy alta. ¡inalcanzable!

Han ideado un modelo muy loco para la selección del candidato ideal.

Al que le han denominado PAN 4.

Se trata de juntar 1 millón 200 mil firmas.

Cada aspirante tendrá que aportar mínimo, esa cantidad, para poder entrar en la tómbola.

El razonamiento es el siguiente:

El PAN contabiliza en su totalidad poco más de 300 mil militantes en todo el país.

Y la exigencia para entrar en la tómbola, cuando menos será de 1,200,000.

O sea, tres veces más del capital político acumulado del PAN.

Nomamespancho.

No hay quien junte tales “firmas”; el más reconocido de todos los aspirantes es Santiago Creel, pero ni en un estupor provocado por una dosis de fentanilo, junta 100 mil.

La ciencia de la prospectiva lo indica.

¿Qué dice la lógica?

Si alguien tuviera consigo la totalidad de la militancia panista, sería un super líder.

Ahora, conseguir tres veces más ese número de simpatizantes… ni en 20 años.

Luego de los resbalones etílicos de la gobernadora chihuahuense y su florido discurso de cantina, Lily Tellez, mordida de Hybris, flota en los espacios de la soberbia y se asume como la elegida.

“La candidatura debe ser para quien esté mejor posicionado y sea el más competitivo. Tú, Santiago, ya perdiste con AMLO, y tus cargos han sido muy fáciles, todos plurinominales. Y yo, yo sí gané en las urnas.” Le restregó en el rostro a Creel, en vivo, en el programa de Brozo, quien sufría pena ajena por la estrepitosa salida del script de Lily Tellez.

Sobajar públicamente a Creel, la puso ya fuera de la jugada. Vapulear a un santón de cobalto como Santiago Creel, es un suicidio.

En la más reciente reunión de la alianza transgénero, ya no le permitieron la entrada.

¡Por gandalla, traidora y trepadora! Dijeron.

Pero el argumento fue… LILY TELLEZ NO JUNTA NI CINCUENTA MIL FIRMAS.

Así se la van a ir pasando, hasta que Morena decida por su corcholata presidencial.

¿Por qué pienso que será Ebrard el candidato de la alianza transgénero?

De entrada os digo.

Desde siempre, he considerado que el aspirante que mejor ha construido su posibilidad presidencial, ha sido Ebrard.

Así lo consigno en mi libro “Escenarios 24: Los Cambios imperativos”: Editorial Médano, 2021.

Debo aclarar que para agosto del 2021, fecha de su publicación, aun no aparecía en escena, Adán Augusto López.

Las corcholatas aún no eran corcholatas y eran tres los fuertes de entonces: Ebrard, Monreal y Sheinbaum.

Se hablaba de Esteban Moctezuma, Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier, y hasta de Rocío Nahle.

Pero todos se fueron diluyendo con la erosión política.

De los estercoleros de Morena, creció Gerardo Fernández Noroña, y cobró cierta presencia.

Sin embargo, no tan fuerte como Adán Augusto López.

Ya entrados en la recta final, pienso que son tres los finalistas: Adán, Claudia y Marcelo.

En ese orden.

¿Por qué así?

La experiencia me dice que en momentos de decisiones como estas, el presidente deja un sucesor que le cubra las espaldas, pero no es este el caso.

El sucesor debe darle seguimiento al proyecto de nación denominado LA 4 T.

Y no hay la suficiente confianza para que Marcelo Ebrard le cumpla este propósito.

Mucho menos, Ricardo Monreal.

Ambos, tienen su personal modelo de país, y no es el modelo que Andrés Manuel deja como legado.

Tiene que ser un sucesor casi hermano. Leal a toda prueba.

Y ese es Adán Augusto.

Claudia Sheinbaum, es fácilmente zarandeable.

Otro que podría cumplir el propósito de llevar México a los estamentos del sueño obradorista al pie del renglón es Noroña, pero es demasiado extremista.

Si él fuera el sucesor, lo primero que haría sería una pira con los cuerpos de Claudio X González, sus acólitos, y todos los amanuenses y comunicadores “conservadores”; y en su locura, sí se transformaría en un clon de Castro, y sus hermanos Bolivarianos.

Por eso, está fuera de la nominación como CANICA.

Conforme avanza el tiempo, la imagen de Marcelo Ebrard se vuelve más transparente.

Se aprecia su capacidad de mimetismo. Su habilidad de adaptación y semejanza con el bando conservador.

En otros tiempos, habría sido el presidente más querido por todos los mexicanos.

Por el pueblo, y por la oligarquía.

Pero hoy. Es imperdonable darle un sesgo a la 4T.

Por eso, pienso que Ebrard, se la va a jugar contra el gallo del presidente, y será arrollado por la turba de patas rajadas.

¡Son un chingo! Y los panistas aún no saben contar.

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