Luego de las elecciones de Edomex y Coahuila, las corcholatas se reunieron con el presidente Andrés Manuel, para escuchar sus últimas instrucciones.
El arranque oficial hacia el 2024 se ha dado.
Y en la cena de festejo por el triunfo contra los hijos de Atlacomulco, el Canciller, Ebrard Casaubón, levantó tímidamente la mano.
Estaban en un restaurante a un costado de Palacio Nacional, sobre la calle de Donceles. Planta Alta. (Abajo, una librería).
“Sólo para comentarles que saliendo de aquí daré a conocer a los medios, mi particular sentir sobre el sistema de selección de candidato a la presidencia de México. No hay piso parejo y me están diluyendo gachamente”.
– Espérate para mañana, Marcelo, está lloviendo; los reporteros se están mojando.
Échate otro trago.
Le dijo el presidente.
Ora pues, dijo Marcelo, y siguieron pisteando.
El presidente salió en su jetta blanco, porque tenía que madrugar, pero se quedaron los demás. ¿De qué hablaron?
Sepa la bola.
La mañanera transcurrió como se esperaba, y al filo de las 6 de la tarde, el Canciller, acompañado por una cincuentena de simpatizantes, entre senadores, diputados, funcionarios públicos, y personal de la Cancillería, al grito de ¡Marcelo! ¡Marcelo!, dio a conocer que en una semana entrega la cancillería.
“Estamos requetecontentos, por el triunfo de Delfina, y listos para la unidad, fortaleza y continuidad del movimiento que representamos, y vengo a decirles que participaré en el Consejo Nacional donde se daré a conocer mi propuesta de unidad, equidad, transparencia y cuentas claras.
Mi propuesta la di a conocer desde diciembre pasado. Concretamente se trata de que los aspirantes a la candidatura debemos renunciar ¡ya! a nuestros cargos, para exponer a la población nuestra propuesta.
Y que si hay encuesta, sea amplia verificable y equitativa; con una sola pregunta.
Me entusiasma mucho y me enorgullezco de ser de la cuarta transformación y la noticia que les tengo es que a partir del 12 de junio. O sea, la semana que entra, me separaré del cargo, para encontrarme con la población.
Y les anticipo una cosa… Todo va a estar bien. Que viva México”.
Y luego el gritadero de los simpatizantes: ¡vamos a ganar!, ¡vamos a ganar!
¿Qué va a pasar? ¿Las corcholatas van a renunciar? Lo dudo.
Entre el espectáculo de entrega-recepción y la toma de decisiones presidenciales para nombrar nuevo Canciller, y luego, nuevo Secretario de Gobernación, se nos va el mes. Igual con el sucesor de Claudia Sheinbaum.
Ya Andrés Manuel había destapado a 4 corcholatas para la sucesión de Sheinbaum.
Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.
Martí Batres, secretario de Gobierno de la CDMX.
Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa, y
Gerardo Fernández Noroña, diputado federal.
Pienso que por ley, será Marti Batres el encargado de cubrir el puesto a la renuncia de Claudia, pero estas especulaciones todavía son muy anticipadas.
Mientras el júbilo morenista se percibe en todo el país, sus opositores, mudos, estáticos, paralizados.
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