Tiempos violentos

Columna CARTAPACIO por Raúl Ruiz

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Para los juarenses, “tiempos violentos” no es una película de Tarantino.

Es nuestra cotidianidad.

¡Lo que vivimos a diario!

Sangre, sufrimiento, y muerte, aniquilan nuestros sueños de prosperidad.

Y para salir de esta realidad creciente, necesitamos algo más que sustraernos al ensueño. Al suave arrullo de la resiliencia.

No es solamente enfrentar la maldad con armas y patrullas.

Es encontrar talento político para entregar oportunidades de empleo bien remunerado.

Someternos al mandato de la ley, para que renazca la justicia.

Afinar nuestra visión para encontrar una nueva vocación fronteriza.

Y crear nuestra marca ciudad.

Eso, ahuyenta los tiempos violentos.

Es triste reconocer que la sociedad está enferma.

Violencia, abuso, desigualdad, crimen, son sólo algunos males que han desintegrado los vínculos de la sociedad.

El desgarre social tiene muchos culpables. ¡Nosotros mismos por permitirlo!

Atar nuevos lazos de convivencia requiere de un compromiso cabal, por proporcionar justicia, de un pacto al que nos comprometamos todos.

El gobierno a entregarnos paz, opciones para prosperar, y generar condiciones para obtener empleos que den dignidad.

Y la sociedad, a recuperar la conducta ética.

Me parece, que la SSPM, Secretaría de Seguridad Pública, que encabeza el doctor César Muñoz, ha cobrado gran importancia y certeza en la frontera.

Es interminable la violencia. Lo sabemos.

Incluso con la coordinación de las fuerzas federales, estatales, municipales y el ejército.

Sin embargo, César Muñoz, no solamente enfrenta con valentía y arrojo a la delincuencia.

Ha creado áreas de acercamiento hacia la comunidad, capacitación a la tropa en conocimiento sobre principios de Derecho, Derechos Humanos, Psicología y otros temas. Esto es un bálsamo en la reconstrucción del tejido social.

He sido invitado a participar mañana a un conversatorio sobre violencia contra las mujeres y abriré con estas reflexiones.

Cuidemos a nuestras mujeres.

Especialmente a nuestras hijas, sobrinas, y vecinas.

No permitamos que nadie vulnere su virtud.

CARTAPACIO

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