Las personas difíciles usualmente tienen baja autoestima y una necesidad de ejercer poder y control. Es más sencillo sacar excusas: es tan solo un malentendido, un choque de personalidades o quizás que eres muy sensible. Pero los malos entendidos en la oficina, casa, escuela pueden llegar a ser tóxicos, afectando la satisfacción de aquel lugar, la creatividad, productividad y la salud e incluso la felicidad.
Puede que no seamos capaces de irnos de viaje con aquella persona, pero si todavía está en su vida, tú podrías minimizar las interacciones, para evitar situaciones incómodas.
El primer paso sería crear distancia física, incluso si estás en la misma habitación. Asegúrate de que esté sentado tan lejos como sea posible, asegura la psicóloga australiana, Meredith Fuller.
Dar espacio (literal y figurado) a todas las personas
El detenerse y decirle a la gente negativa, lo que piensas y quieres, puede ser un gran paso ya que por lo general simplemente no pueden manejar la situación.
Si durante una plática, nos percatamos que el tema no funcionará, se recomienda poner fin inmediatamente a esa conversación.
Si la persona se muestra enojada en primer lugar, vale la pena decirte a ti mismo que aquel ser tal vez solo está teniendo un mal día y que no es personal. Un nuevo estudio, ha encontrado que esto puede reducir el impacto de su agresión.
Aquí algunos consejos extras:
Escucha lo que tengan que decir y no interrumpas, aunque no estés de acuerdo.
Asiente con la cabeza, y haz breves comentarios.
Pregunta. Formula preguntas que demuestren que has estado prestando atención.
Si no juzgamos y mostramos interés, es probable que conduzca a más confianza por parte de la persona difícil, recordemos que el 55% de la comunicación es el lenguaje corporal, el 38% es el tono de voz, y el 7%son las palabras reales que se hablan.
