PALADINES

Columna CARTAPACIO por Raúl Ruiz

0
431

Luna llena.

La de octubre.

Gorda, color queso Saltierra.

Son las tantísimas horas de la noche.

En una celda del Castillo de Dunrobin; Bahram MacKenzie, a la luz de un cirio, afila su daga y su espada.

Una lanza con su roquete recién pulido, y bien afilada la punta de metal, reposa en la penumbra; a un lado, el escudo de cuero, madera y mimbre, acompaña la armadura de acero reluciente, que vestirá Bahram en su unción.

Al amanecer lo van a ungir como caballero y tiene que velar sus armas.

Ha sido escogido por su, valor, templanza, fuerza, vigor, lealtad, generosidad, humildad, y sentido de la justicia, para defender al reino.

En la época medieval, los chevaliers, o caballeros, servían como guardianes de la comarca donde eran asignados.

Considerados como los mejores guerreros de su época, tanto por su habilidad para montar, como por su destreza con las armas en combate, respondían con su vida en las misiones que se les encomendaban.

Ocho siglos más tarde, acá en la aldea, ni caballeros, ni templanza, ni sentido de justicia, ni nada.

Los adalides son fake.

Los entronizan los partidos políticos y saltan de uno a otro, sin ápice de rubor.

Sujetos a la voluntad de los machuchones del partido y/o el interés del gobernante, esperan con paciencia el dedazo a su favor.

Una práctica que suele cubrirse de aparente democracia con una raída túnica. Disfraz grotesco que pocos aceptan como vestuario de honorabilidad, credibilidad, efectividad y eficiencia.

Una de las veces aparece como encuesta, otras de “consulta a las bases militantes”, o tómbola.

Llegar al salón de la lotería pre electoral tiene su gracia.

Los paladines, en gran medida, llegan por sus habilidades de genuflexión ante los miembros de la NOMENKLATURA.

En la frontera, la calma chicha mantiene paralizados a los aspirantes a alcaldía, senaduría, diputaciones y regidurías.

Será a los diez días de septiembre cuando comiencen a sacar la cabecita y sus pancartas que llamen la atención.

Aunque algunos ya van adelantados con espectaculares, lonas y apariciones en medios electrónicos para promocionar su imagen pública.

No es crítica.

Es lo que hay. Y se encuentra en el mercado electoral con envoltorios y empaques coloridos.

La calma chicha nos envuelve.

Hay neblina, no hay olas, ni hay viento.

Solo esperar a que las dos fuerzas en pugna abanderen a sus paladines, para dar arranque a la nominación de sus paladines.

Las naranjas me pasan un recado: “Nosotros no llevamos prisa. Será hasta diciembre la unción de nuestros adalides”

CARTAPACIO

Conectajuarez no se hace responsable de los puntos de opinión de los columnistas que participan en este medio de comunicación, es responsabilidad única de quien lo escribe, el autor sostiene cada uno de sus argumentos.