Ludwika Paleta padece acúfenos o tinnitus y lleva a la pantalla grande “Todo el silencio”

La actriz, que ha vivido con problemas auditivos, delinea un viaje emocional hacia el aislamiento y aceptación en personas con sordera en su próxima película, "Todo el silencio" que se estrenará en el FICM

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Desde hace nueve años, Ludwika Paleta padece acúfenos o tinnitus, que es percibir un sonido sin provenir de un factor externo, siendo su caso un tono constante y molesto, al que ha “controlado” al no hacerle caso.

“Empecé a desarrollar un tinnitus bastante fuerte y no es un problema como tal de audición, dicen que es un estímulo fantasma del cerebro y que uno percibe como si fuera del oído. He aprendido a vivir con ese como pitido, hago como que no lo escucho, es tratar de disfrazarlo y convencerme de que no pasa nada, que ahí está y está bien”, cuenta Ludwika.

Adriana Llabrés, en tanto, padece otoesclerosis, una calcificación del oído que provocó que la operaran siendo pequeña, edad en la que por algún tiempo dejó de oír muchas cosas.

“Por ahí hay fotos en donde hay algo en mi mirada. Cuando uno oye bien, no hay tanto enfoque en los ojos, pero cuando no, entonces uno empieza a necesitar más de ellos, hay como una opacidad pues no hay tanto ruido al que se esté alerta”, comenta la actriz de Vencer la ausencia.

Así que ambas, sin pretenderlo, tenían lo que se buscaba para protagonizar la cinta “Todo el silencio”, que aterrizará en la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia, luego de haber hecho lo propio en los certámenes de Varsovia y Río, y poco antes de irse a Raindance.

El director Diego del Río, así como las productoras Animal de Luz y This is Why Cinema, tenían claro que deseaban una historia que respetara a las personas que por distintas circunstancias no oyen.

Escrita por Lucía Carrera (Tamara y la catarina y La jaula de oro) presenta dos modalidades de personas que viven en el mundo de los que no perciben sonidos: la de una chica oyente (Llabrés), perteneciente a una familia de personas sordas, por lo cual aprendió la lengua de señas, pero que va perdiendo el oído de manera dramática, así como la de su pareja (Paleta), que nació con discapacidad auditiva, de padres oyentes, quienes le han enseñado a ser oral aprendiendo a leer los labios.

“Hablamos mucho de la importancia de que quienes interpretaran a los personajes, si bien no pertenecieran a la cultura de la sordera, sí tuvieran una sensibilidad sobre el tema. La película es sobre el proceso del duelo”, comenta el realizador.

Se apoya en profesionales

Ludwika contó con el apoyo de Askur Meade, psicólogo y actor de sordera oralizada, quien ha estado en obras teatrales como Tribus.

“Una cosa que me daba mucho pudor era que se pensara estaba imitando a la gente que está oralizada y no quería caer en una cosa burlona”, cuenta la actriz.

“Para ellos (en la vida real) la pandemia fue terrible, porque con los cubrebocas no podían saber lo que se les decía. Ellos mismos dicen tener una discapacidad que no es evidente y eso lo hace más complejo, porque no sabes quién de los que está a tu lado en la calle no escucha y no se les tiene ninguna consideración”, reflexiona.

Como parte del respeto a la cultura de la sordera, se tuvo también la colaboración de Eduardo Domínguez, actor con sordera, no oralizado, actual director de la compañia Seña y Verbo, quien tradujo el guión del español a la Lengua de Señas Mexicano.

Así como de Antonio Zacruz, que fungió como intérprete en el set entre el cast y crew de hablantes LSM y el español.

También se cuidaron los encuadres, a fin de que en la pantalla se vea perfectamente el uso de la lengua de señas que utiliza Llabrés. Y se determinó que en las funciones de Morelia y cuando llegue a Prime Video el año próximo, habrá subtítulos a lo largo de todo el largometraje.

“Año y medio antes del rodaje, durante toda la pandemia, tomé cursos de señas, Lalo y Toño fueron quienes nos ayudaron. Días antes de filmar repasábamos todo, queríamos que las señas fueran limpias, porque cuando empecé a aprender me emocionaba y quería meter cosas de mi cosecha y no funcionaba así”, destaca Llabrés.

En el elenco también se encuentran Moisés Melchor, persona con sordera total y de poca oralización; Enrique Singer, quien padecer tinnitus leve y Montserrat Marañón, hablante de LSM en nivel alto; Martha Claudia Moreno, hija oyente de padres con sordera, fue asesora técnica creativa.