En mi libro más reciente, Escenarios 24. La Aldea. (Editorial Médano, p.26) digo:
“… Sus opositores, sin rumbo, sin plan, sin idea, mal orientados por la oligarquía nacional… en su búsqueda por una figura nacional que contrastara con cualquiera de las ‘corcholatas’ para la elección presidencial del 24, han perdido tiempo y se les fue desgranando la mazorca.”
Y hablaba entonces de la alianza FRENTE AMPLIO POR MÉXICO.
Lo escribí apenas en julio pasado.
Pensé que, aunque todos deshilachados, ciegos y sin rumbo, los prianistasperredistas, apretujados, a través de su eslogan pretendían dar la pelea electoral.
Pero luego, a los cuatro meses, se les ocurre que como FRENTE, no iban a vender mucho, y así, de imprevisto, deciden que mejor… FUERZA… ah, y pa que amarre… Y CORAZÓN POR MÉXICO.
Sí, sí, sí… se oye atodamadre.
¡Así ni cómo ayudarlos, shingao!
Dicen los que saben, que el éxito o el fracaso de una marca depende del BRANDING, o sea el proceso de definición y construcción de una marca mediante la gestión de imagen.
Para lo cual, hay factores clave que ayudan a realizar una estrategia de posicionamiento.
Tales como descubrir las necesidades y preferencias del consumidor. (En el caso que nos ocupa, el elector)
Analizar la competencia.
Conectar con valores, percepciones y pensamientos.
Conectar con los usuarios a nivel humano.
Agregar valor.
Reforzar cualidades diferenciadoras.
Las marcas quieren conseguir un lugar en tus pensamientos para provocar descargas de felicidad cada vez que las recuerdas.
Eso es un concepto fundamental cuando hablamos del posicionamiento de marca.
Y una vez que lo tienes,
diseñar la oferta mercadotécnica de tal forma que ocupe un lugar preciado en la mente de los consumidores, o electores.
Branding, le dicen.
Y para que funcione, se necesita tiempo.
Fuerza y Corazón por México. ¡Nomamespancho!
¿Saben cuánto van a tardar en posicionar este “novedoso”, concepto?
Al menos después del siguiente sexenio.
La transición de una marca a otra tarda años.
¿Recuerdan ustedes la marca de automóviles DATSUN? tardó cinco años en transformarse en NISSAN.
No les digo más.
Una campaña política requiere mucho más que ocurrencias.
CARTAPACIO
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