Un equipo de científicos ha descubierto un cráter de 31 kilómetros de diámetro provocado por un impacto bajo la capa de hielo de Groenlandia, según publican en la revista especializada “Science Advances”
Con una extensión mayor a la de la ciudad de París, se trata de uno de los 25 mayores cráteres de la Tierra, explicaron. Nunca antes se había encontrado un cráter así bajo uno de los casquetes glaciares de la Tierra.
En el lugar del cráter tuvo que impactar un meteorito ferroso kilométrico, apunta el equipo de Kurt Kjær del Centro de GeoGenética del Museo de Historia Natural de la Universidad de Copenhague.
Por el momento no pudo datarse el cráter, que se encuentra bajo una capa de hielo de un kilómetro, pero se encuentra en un estado excepcionalmente bueno y desde el punto de vista geológico podría ser reciente. Posiblemente se originó hace 12 mil años, hacia el final de la última glaciación, según Kjær.
Es fundamental conocer el momento del impacto para comprender como afectó a la vida en la Tierra. Los impactos de grandes meteoritos pueden influir en el clima de forma duradera, señalan los investigadores.
El cráter se encuentra bajo el glaciar Hiawatha, en el norte de Groenlandia, y su contorno fue descubierto en 2015. En la parte más exterior de la capa de hielo había una enorme depresión con forma circular, pero al principio los científicos no estaban seguros de si realmente se trataba de los rastros de un impacto.
Solo se confirmó la suposición cuando un equipo del Instituto Alfred Wegener (AWI) de Bremerhaven (Alemania) cartografió la zona desde el aire con un potente radar de hielo.
El nuevo sistema de radar del avión de investigación del AWI era el tipo de instrumento que se necesitaba exactamente para las mediciones”, explicó Olaf Eisen, glaciólogo en el AWI.
En los veranos de 2016 y 2017 el equipo investigador regresó al lugar para recoger muestras de sedimentos y cartografiar las estructuras tectónicas en las rocas al pie del glaciar. “Parte de la arena de cuarzo procedente del cráter tenía características de deformaciones que apuntaban a un fuerte impacto”, explicó Nicolaj Larsen, de la Universidad de Aarhus. Se trata de una prueba concluyente de que la cavidad de debajo del glaciar es un cráter de meteorito, señaló.