Imparte IMM taller de bordado “Deshilando la maternidad”

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Con la finalidad de reconocer y redistribuir el trabajo no remunerado de los cuidados, así como promover la reflexión y el cuestionamiento a los roles socialmente asignados al género, el Instituto Municipal de las Mujeres (IMM) llevó a cabo el taller de bordado “Deshilando la Maternidad”, impartido por Tania Chávez Gallegos, especialista en estudios interdisciplinarios de género.

El taller se desarrolló en el marco del Día de la Maternidad Libre y Deseada y forma parte de las acciones que acompañan la campaña “Amiga, ¡cuenta conmigo!”, cuyo objetivo es crear y fortalecer redes de apoyo; por lo que estuvo dirigido a madres y mujeres cuidadoras con la finalidad de brindar un espacio de autocuidado en el que puedan compartir sus experiencias.

El trabajo de los cuidados es una interacción humana que sucede en un contexto sociocultural; sin embargo, es un rol que por décadas se ha asignado socialmente a las mujeres, especialmente a quienes son madres, viéndose orilladas al abandono de sí mismas para la priorización de las necesidades de otros.

No obstante, el ejercicio de la maternidad y el trabajo de los cuidados no solo se traduce en el cuidado de las infancias, sino es un acto político que influye en las relaciones estructurales; es decir, es el pilar fundamentan que permite el desarrollo de otras dinámicas, como las actividades profesionales y, por ende, el desarrollo económico.

Una vivencia común entre las reflexiones del grupo es que, desde niñas, a las mujeres se les enseña a cuidar de otras personas, como sus hermanas y hermanos menores, dándoles una responsabilidad que las aleja de sus propios proyectos e intereses, como las actividades escolares, deportivas, artísticas y sociales, por mencionar algunas.

Las participantes en este taller reflexionaron sobre las distintas maneras de maternar y las necesidades específicas de cada madre o mujer cuidadora, por lo que en el taller se habló sobre sus gustos personales y metas a futuro.

El autocuidado tiene un carácter social, por tal motivo estos espacios fomentan las interrelaciones que fortalecen el desarrollo personal de las mujeres al empatizar y sentirse identificadas con otras mediante la contención grupal.