LA MATERNIDAD NO SIEMPRE ES UN DERECHO

P'S CADA QUIEN Por Sonia Espino

0
504

Si de algo sirven las redes sociales es para exhibir todo tipo de “asuntos”, y recientemente el caso de una “influencer” dejó expuesto un problema al que no se le ha dado la debida importancia, y mucho menos una solución.

Las personas con alguna discapacidad o en situación de calle representan un desafío social, debido a que tienen —como todos— el derecho a una libertad reproductiva, lo cual lleva a que cientos de niños nazcan en un ambiente completamente deficiente.

Muchas de estas personas se reproducen instintivamente y, por obvias razones, no tienen las capacidades mentales ni económicas necesarias para cuidar a un menor.

Tampoco tienen la capacidad de utilizar algún método anticonceptivo para un control natal óptimo.

No se trata de criminalizar la pobreza, pero sí de proteger la infancia, que no decide dónde nacer. Porque la realidad es que la mayoría de estos niños están destinados a repetir un ciclo igual.

Si bien es un dilema moral y ético implementar leyes contundentes que ayuden a reducir este problema —amparado por los derechos que, como humanos, todos tenemos—, ahora hay cientos de niños viviendo precariamente y sin ninguna protección o cuidado.

Me van a sobrar rayadas de madre por parte de los “defensores de los derechos humanos”, pero acuérdense de que los derechos de una persona terminan donde empiezan los de la otra.

Y todos los niños que nacen en esta realidad pierden en automático todos sus derechos aún antes de nacer, porque estas madres nunca reciben los cuidados pertinentes durante su embarazo.

La adopción es una intervención reactiva, pero no preventiva, ya que, si el niño nace con alguna discapacidad, su adopción se complicaría aún más.

Seamos realistas: no podemos esperar una esterilización voluntaria por parte de este sector social, ya que desafortunadamente no tienen la mentalidad para tomar una decisión correcta, porque no cuentan con la capacidad plena de sus facultades.

La única solución a este desafortunado problema es la prevención; se deben tener leyes que eviten que nazcan más niños que solo vendrán a sufrir abusos y carencias.

La ley debería tener el poder para autorizar la esterilización de todas las personas mayores de edad en situación de calle o con alguna discapacidad —si no tienen un tutor responsable y capaz—.

Otra opción serían los implantes anticonceptivos —especialmente necesarios en menores de edad—, que no siempre garantizan el 100 % de efectividad, pero ayudan a reducir embarazos no deseados.

Si así lo desean, podrían ser canalizadas a centros de rehabilitación; por fortuna, muchas personas logran rehabilitarse y tener una vida diferente.

Con toda sinceridad, considero que es un tema que debe tratarse de inmediato, porque representa un problema de salud grave y complejo, ya que la mayoría de estos embarazos se dan por medio de violencia sexual.

Es inhumano que se permita que más niños nazcan en este entorno tan precario, sin oportunidad de acceder a los derechos más básicos, como techo, comida, vestido y escuela.

Es inhumano disimular que no pasa nada y, desde nuestro privilegio de decidir ver o no tanto desamparo, fingir que no existe.

Porque es un hecho el rechazo que existe hacia estas personas —ayudemos a no fomentarlo—: son necesarias y urgentes la aplicación de soluciones reales.

Podemos hacer algo al respecto; si no con estos niños que ya nacieron en el lugar equivocado, sí con la prevención, para que ya no siga expandiéndose deliberadamente esta problemática.

Porque en estos casos resulta absurdo romantizar la maternidad.

“No basta con mirar al otro lado; si no hacemos algo, también somos parte del problema.”

Pero… P’S CADA QUIEN.

Conectajuarez no se hace responsable de los puntos de opinión de los columnistas que participan en este medio de comunicación, es responsabilidad única de quien lo escribe, el autor sostiene cada uno de sus argumentos.