Uno de múltiples bombardeos alcanzó un hospital infantil, donde médicos, enfermeras, madres y padres hicieron todo por proteger a los niños; Rusia niega su responsabilidad
Una oleada de bombardeos rusos en Ucrania dejó este lunes al menos 37 muertos en varios puntos del país y alcanzó dos hospitales, uno de ellos para niños en Kiev, provocando condenas internacionales un día antes del comienzo de la cumbre de la OTAN en Washington.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky escribió en su cuenta de X que había gente atrapada bajo los escombros del hospital.
“Ahora mismo, todos están ayudando a remover escombros; doctores y personas comunes y corrientes”, añadió el mandatario ayer momentos después del siniestro.
Asimismo, Irina, una enfermera que se encontraba en la cirugía de un bebé, afirmó a la BBC que, al momento del ataque, el médico en el quirófano se lanzó sobre el menor para protegerlo; después escaparon a un refugio para ponerlo a salvo; “los rusos están matando a nuestros hijos”, añadió la trabajadora.
Rusia desmintió su responsabilidad en los bombardeos y aseguró que apuntó contra “instalaciones militares”. Las imágenes demuestran que los daños fueron causados por la caída de misiles antiaéreos ucranianos, afirmó.
En este contexto, el presidente de EU, Joe Biden, prometió “nuevas medidas” para reforzar las defensas aéreas de Ucrania y dijo que sus aliados anunciarían esta nueva asistencia en la cumbre de la OTAN; asimismo, dijo que los ataques “un horrible recordatorio de la brutalidad de Rusia” en la guerra.
En tanto, el secretario de la ONU, António Guterres, consideró que los ataques contra este hospital y otro centro médico “son particularmente chocantes”.
