MIENTRAS UNOS SE DESGASTAN

CARTAPACIO Por Raúl Ruiz

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Me divierte mucho, ver cómo crece entre los especuleros, su negativa ilusión contra los dos más fuertes aspirantes a la candidatura por Morena, a la gubernatura del estado de Chihuahua.

Están los que desean con toda el alma, que a Andrea Chávez, la parta un rayo.

O mínimo le crezca la animadversión y el odio de las mujeres de Morena; las del gabinete presidencial, y la decisión de la presidenta Sheimbaum para hacerle una decapitación política, y con eso se le baje un poco la sonrisa.

Y por el otro lado, los que odian a Cruz Pérez Cuéllar quienes, por sistema, le untan de todo tipo de excremento, heces e inmundicias.

Hacen un gran esfuerzo por desgastar su imagen para exhibirlo como hombre infame y deleznable.

Pero, sin éxito aparente.

Dejaré que corra el agua fétida por un rato, y otearé por otros patios.

Ayer asistí a una rueda de prensa convocada por Thor Salayandía, uno de los más incisivos líderes empresariales en la frontera, y luego de escucharlo, decidí compartir esto:

Por considerarlo de gran interés para los hombres y mujeres preocupados por el futuro económico de nuestra aldea, reproduzco totalmente el punto de vista personal, de Thor Salayandía, coordinador del Bloque Fronterizo Empresarial, dado a conocer en reciente rueda de prensa.

“La industria mexicana no solo está perdiendo competitividad, está muriendo.

Porque ya no lidera las cadenas de valor; porque cada vez produce menos contenido nacional; porque ya no exporta conocimiento ni tecnología, solo mano de obra ensambladora; porque se ha vaciado de contenido nacional; porque se ha convertido en un satélite de la manufactura extranjera; porque ya no produce valor agregado, ni tecnología propia; porque no estamos formando empresas industriales nuevas, solo obreros para ensamblar piezas de otros.

Mientras celebramos récords de explotación, se extinguen fábricas nacionales y mientras la maquila crece, el tejido industrial mexicano, hoy nuestras industrias locales pequeñas y medianas en la mayoría, no están perdiendo mercados, están perdiendo sentido.

Ya no se sabe ni por dónde darle, la ausencia de una política industrial no solo es una omisión de gobierno es una decisión que está dejando morir el aparato mexicano, el aparato productivo mexicano.

Desde aquí desde donde nosotros observamos; desde el ángulo del bloque empresarial fronterizo lo decimos, pero no medias tintas.

Como son las cosas, queremos unir, sí pero con proveeduría mexicana.

Queremos maquila sí, pero con proveedores mexicanos.

Queremos inversión extranjera sí, pero con industria nacional viva.

Queremos exportar sí, pero también diversificar lo que producimos, lo que vendemos, y a quién se lo vendemos.

Y estamos aquí para construir este modelo que nos hace crecer con dignidad y, nos estamos convirtiendo en un país que maquila para otros, pero no se fabrica a sí mismo.

Más que la industria, está en riesgo el modelo económico.

La economía mexicana está concentrada frágil y dependiente y eso es una fórmula para el estancamiento.

Necesitamos urgentemente diversificar la economía, ampliar la base industrial en todo el país, invertir en nuevas vocaciones productivas regionales.

Integrar a sectores como tecnologías limpias industrias creativas, biotecnología aeroespacial, agroindustria avanzada, reducir nuestra dependencia del mercado estadounidense, sin dejarlo pero; sin poner todos los huevos en una sola canasta.

Entonces es un país, que no diversifica su economía, es un país que vive al borde del colapso cada vez que su único motor se desacelera.

Una última advertencia, como industria y como donación si no protegemos a nuestra industria; si no diversificamos nuestro aparato productivo, si no desarrollamos a la industria mexicana y si no formamos nuevas generaciones de empresarios industriales.

Entonces dejaremos de tener economía propia, y sin economía propia no hay soberanía, ni empleo digno y estabilidad que dure.

Porque un país que no fabrica lo que consume; que no invierte en lo que exporta; y que no protege, está muerto.

Un país que no produce, es un país que se renta, pero no se desarrolla.

Ahí en el plan México, vienen muchas ideas polos de inversión polos de desarrollo, pero dejan muy al aire toda esta cuestión de la proveeduría.

Es por eso que hemos estado insistiendo en que, si no hay una ley de proveeduría, pues que sí haya una ley de pronto pago.

Estas, son ideas, son posibilidades no están escritas en piedra, hay que trabajarlas mucho.

Todas las ideas son buenas, pero nosotros cuando vemos estas estadísticas cuando ves lo que era el empleo maquilador en el 2000 y el empleo no maquilador industrial en el año 2000 ahí se ve que más o menos estábamos a la par, pero ahora en 2025 el empleo maquilador a nivel nacional es mucho más que el empleo nacional que el empleo nacional no maquilador o sea el empleo industrial y eso preocupa mucho no ha crecido mucho la maquila, pero la industria mexicana no ha crecido nada”.

¿Será que nada más él defiende el tema urgente de impulsar una ley de Proveeduría?  ¿O al menos, de una ley de Pronto Pago que estimule la productividad en la frontera?

Exhorto a los diputados locales y federales a trabajar este tema, si en verdad traen las pilas puestas.

Y a nuestros senadores a dejar a un lado, aunque sea momentáneamente su nefasto interés por el futurismo electoral.

Y parafraseando al vecino hostigador, os conmino a…

“Make the village greate again”.

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