“No nos detendremos. Seguiremos atacándolos y haciéndoles daño” a los de Hezbolá “en todas partes”, proclamó el jefe de las Fuerzas Armadas, Herzi Halevi.
El jefe militar de Israel dijo a las tropas el miércoles que los ataques aéreos en el Líbano continuarían para destruir la infraestructura de Hezbolá y preparar el camino para una posible operación terrestre de las fuerzas israelíes. Mientras hablaba, las fuentes dijeron que Estados Unidos había iniciado una iniciativa diplomática para detener los combates tanto en Gaza como en el Líbano, y que propuestas se estaban negociando en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Israel amplió el miércoles sus ataques aéreos en el Líbano y derribó un misil que el movimiento Hezbollah, respaldado por Irán, dijo que había apuntado a la sede de la agencia de inteligencia israelí —el Mossad— cerca de la ciudad más grande de Israel, Tel Aviv.
“Se oyen los aviones en lo alto; Hemos estado en huelga todo el día”, dijo el general Herzi Halevi a las tropas israelíes en la frontera con el Líbano, según un comunicado del ejército. “Esto es tanto para preparar el terreno para su posible entrada como para seguir degradando a Hezbolá..”
Los líderes mundiales expresaron su preocupación de que el conflicto —que transcurre en paralelo al de Israel— de la guerra en gaza contra el movimiento palestino Hamás, también respaldado por Irán, estaba aumentando rápidamente a medida que aumentaba el número de muertos en el Líbano y miles de personas huían de sus hogares. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Washington y sus aliados estaban trabajando incansablemente para evitar una guerra en toda regla entre Israel y Hezbolá.
Dos funcionarios libaneses, dos diplomáticos occidentales, una fuente familiarizada con el pensamiento de Hezbollah y una fuente informada sobre las conversaciones, todos los cuales declinaron ser identificados, dijeron que Washington estaba liderando un nuevo impulso diplomático que por primera vez cubría ambos conflictos: en Gaza y Líbano. Tres fuentes israelíes dijeron que Estados Unidos y Francia estaban trabajando en propuestas de alto el fuego para resolver la escalada de combates en el Líbano, que Hezbolá inició en apoyo a Hamás en Gaza, pero que hasta el momento no se habían logrado avances significativos.
“El riesgo de una escalada en la región es grave… La mejor respuesta es la diplomacia, y nuestros esfuerzos coordinados son vitales para evitar una mayor escalada”, dijo Blinken en una reunión con funcionarios y ministros de los estados árabes del Golfo en Nueva York.
Los ataques aéreos israelíes de esta semana han tenido como objetivo a líderes de Hezbollah y han alcanzado cientos de sitios en lo profundo del Líbano, mientras que el grupo ha disparado ráfagas de cohetes contra Israel, donde miles de personas han huido de la región fronteriza. Cientos de libaneses han sido asesinados.
Un “clima de terror” en Líbano
Al menos “51 personas murieron y 223 resultaron heridas en varios bombardeos”, que también tuvieron como objetivo pueblos situados fuera de los bastiones del movimiento, indicó el ministro de Salud libanés, Firass Abiad. El lunes, los primeros ataques israelíes masivos en Líbano mataron a 558 personas e hirieron a más de 1.800, según las autoridades libanesas, la cifra más alta en un día desde el final de la guerra civil en el país (1975-1990).
Nur Hamad, una estudiante de 22 años de Baalbek, describió este miércoles el “clima de terror” desde que empezaron los bombardeos en los alrededores de la ciudad.
“Pasamos cuatro o cinco días sin dormir, sin saber si nos íbamos a despertar por la mañana. Los niños tienen miedo, los adultos también”, dijo.
En Maaysara, en una región montañosa a unos 30 kilómetros al norte de Beirut, un fotógrafo de la agencia AFP vio una casa casi completamente destruida, donde los rescatistas removían los escombros. Los muertos “eran civiles que habían evacuado sus hogares” en el sur de Líbano, declaró Fátima, residente del pueblo. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró “90 mil 530 nuevos desplazados” desde el lunes, informó esta agencia de la ONU en un comunicado.
Misil dirigido a Tel Aviv; aumenta temor de escalada
En Israel, las sirenas antiaéreas sonaron al amanecer en Tel Aviv, cien kilómetros al sur de la frontera libanesa, cuando Hezbolá disparó un misil tierra-tierra que fue interceptado, según el ejército.
“Es la primera vez que un misil de Hezbolá alcanza la zona de Tel Aviv”, indicaron los militares.
El movimiento chiita libanés afirmó que el objetivo del misil Qader era la sede del Mossad, los servicios de inteligencia exterior israelí, considerados “responsables del asesinato de los líderes” de Hezbolá “y de las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies” de la semana pasada, que dejaron decenas de muertos. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió que “es posible una guerra total” en Medio Oriente.
A petición de Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia el miércoles en Nueva York, donde la preocupación por la escalada entre el ejército israelí y Hezbolá domina la Asamblea General.
Por su parte, el jefe de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, teme que Líbano se convierta en una nueva Franja de Gaza, donde un conflicto enfrenta a Israel con el movimiento islamista palestino Hamás desde el 7 de octubre de 2023. También el papa Francisco denunció en el Vaticano la “terrible escalada” en Líbano, calificándola de “inaceptable”.
Israel anunció a mediados de septiembre que había trasladado “el centro de gravedad de [sus] operaciones militares” al norte del país, a lo largo de la frontera libanesa, para permitir el regreso de decenas de miles de habitantes desplazados por la violencia transfronteriza. Hezbolá, por su parte, prometió seguir atacando a Israel “hasta el final de la agresión en Gaza”. Desde entonces, los enfrentamientos no han cesado. Además de la ola de explosiones de dispositivos de transmisión de Hezbolá la semana pasada, atribuidas a Israel, un ataque israelí el 20 de septiembre en los suburbios del sur de Beirut diezmó a la unidad de élite del movimiento.
El miércoles, Hezbolá confirmó que uno de sus mandos militares, Ibrahim Mohamed Kobeisi, murió en un bombardeo la víspera en esos suburbios. El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que los recientes asesinatos en Líbano de varios jefes de Hezbolá por Israel no lograrán “poner de rodillas” al movimiento.
La guerra en Gaza fue desencadenada por el ataque de Hamás que dejó 1.205 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio en Gaza. De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército. En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41 mil 495 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.