¿Debes o no tomar vitamina C?

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Descubre quiénes no deben tomar vitamina C y los riesgos asociados. Conoce las contraindicaciones, efectos secundarios y situaciones en las que no se recomienda su consumo.

La vitamina C es una de las sustancias más recomendadas para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades respiratorias. Sin embargo, ¿sabías que no todas las personas pueden consumirla sin riesgo?

Aunque se considera una vitamina segura, existen ciertas condiciones de salud que limitan o desaconsejan su ingesta. Para evitar complicaciones, es importante entender quiénes no deben tomar vitamina C, sus efectos secundarios y los motivos detrás de estas recomendaciones.

Contraindicaciones de la Vitamina C: ¿Quiénes deben evitar su consumo?

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina soluble en agua que generalmente se elimina por la orina cuando se consume en exceso. Sin embargo, es importante que las personas con las siguientes condiciones sean cautelosas:

Pacientes con hemocromatosis: La hemocromatosis es una enfermedad hereditaria que causa una acumulación excesiva de hierro en el cuerpo. Dado que la vitamina C aumenta la absorción de hierro, podría agravar el cuadro clínico. Las personas con esta condición deben evitar la suplementación, ya que el exceso de hierro puede dañar órganos vitales como el hígado y el corazón.

Personas con enfermedades renales: Los riñones son los encargados de filtrar y eliminar la vitamina C del cuerpo. Cuando se consume en grandes cantidades, puede generar depósitos de oxalato que, a su vez, forman cálculos renales. Esto es particularmente peligroso para quienes ya tienen antecedentes de piedras en los riñones o alguna enfermedad renal crónica.

Deficiencia de la enzima G6PD (glucosa-6-fosfato deshidrogenasa): La deficiencia de G6PD afecta a los glóbulos rojos y su capacidad de funcionamiento. Dosis elevadas de vitamina C pueden provocar hemólisis (ruptura de los glóbulos rojos), causando anemia y otras complicaciones graves.

Otras situaciones que requieren precaución

Además de las condiciones de salud mencionadas, existen otras situaciones en las que la ingesta de vitamina C debe ser monitoreada:

Durante el embarazo o la lactancia: Si bien la vitamina C es importante durante estas etapas, su consumo en exceso puede causar efectos secundarios en la madre o el bebé. Siempre se debe consultar con el médico para ajustar la dosis adecuada.

Uso de medicamentos específicos: La vitamina C puede interactuar con tratamientos médicos como los anticoagulantes o medicamentos para la quimioterapia, afectando su efectividad. Es importante informar al médico sobre el consumo de cualquier suplemento.

Efectos secundarios de la vitamina C: ¿Qué personas deben tener cuidado?

Aunque la vitamina C es segura en cantidades moderadas, un consumo por encima de los 2,000 mg al día puede provocar efectos secundarios como malestar gastrointestinal, diarrea o incluso cálculos renales. Pero otros efectos secundarios comunes que pueden presentarse son:

Problemas digestivos: Un consumo elevado de vitamina C puede irritar el tracto digestivo, causando acidez, náuseas y calambres estomacales. En personas con condiciones como el síndrome de intestino irritable (SII), estos síntomas pueden agravarse, por lo que es recomendable limitar la ingesta.

Formación de cálculos renales: El exceso de vitamina C puede transformarse en oxalato, una sustancia que, al acumularse, forma cálculos en los riñones. Las personas propensas a desarrollar este tipo de piedras deben evitar consumir dosis altas de vitamina C sin supervisión médica.

Interacciones con medicamentos: La vitamina C puede interferir con ciertos tratamientos médicos. Por ejemplo, puede disminuir la efectividad de algunos medicamentos para la quimioterapia o interactuar con anticoagulantes, reduciendo su capacidad de prevenir coágulos. Siempre es recomendable hablar con un profesional de la salud antes de tomar suplementos si se está bajo tratamiento farmacológico.

Condiciones de salud que limitan el consumo de vitamina C

Existen condiciones específicas en las que la suplementación con vitamina C se debe tener cuidado; ejemplo:

Acidosis metabólica: Esta condición, que se caracteriza por un pH sanguíneo anormalmente bajo, puede empeorar con el consumo excesivo de vitamina C. El ácido ascórbico se descompone en ácido oxálico, lo que aumenta la acidez del cuerpo y afecta el equilibrio metabólico.

Úlceras gástricas y esofagitis: El carácter ácido de la vitamina C puede irritar las paredes del estómago y el esófago, empeorando el reflujo o las úlceras preexistentes. En estos casos, es mejor optar por formas no ácidas de la vitamina o incrementar su consumo a través de alimentos en lugar de suplementos.

Personas con antecedentes de hipercalcemia: Aunque no es una contraindicación directa, aquellos con niveles elevados de calcio en la sangre deben ser cautelosos, ya que la vitamina C puede influir en la absorción y excreción de minerales, alterando el equilibrio electrolítico del cuerpo.

¿Qué dosis de vitamina C es segura para la mayoría de las personas?

La dosis diaria recomendada de vitamina C varía según la edad, el sexo y las condiciones de salud. En adultos, la dosis diaria recomendada es de 75 mg para mujeres y 90 mg para hombres. Antes de iniciar cualquier suplementación, es fundamental consultar con un médico, especialmente si se padece alguna condición de salud o se toman medicamentos de forma regular.