Beneficios al usar dióxido de carbono y veneno

La investigación cosmética no deja de sorprendernos al descubrir los beneficios de ciertas sustancias, jamás imaginadas, sobre nuestra piel. Aunque también nos muestra cómo otras, que siempre habíamos creído inocuas, la castigan.

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Que la innovación se ha convertido en los últimos años en el activo más relevante en las empresas de belleza es un hecho. Solo un ejemplo: el grupo L’Oréal invirtió el pasado año 877 millones de euros en Investigación y Desarrollo (I+D) y llegó a registrar hasta 498 patentes. A estos estudios debemos agradecer el saber, desde hace bien poco, que la polución lleva años dañando indiscriminadamente nuestra piel (y los últimos estudios también hablan de nuestro cabello); y que la luz azul, aquella que emiten las pantallas, afecta a nuestra retina, y en menor medida, a nuestra piel.

Sustancias controladas

Eso sí, la naturaleza nos da más de lo que nos quita y en ella se ha hallado que sustancias a priori nocivas, como los venenos animales y vegetales, pueden llegar a convertirse en una solución válida para combatir los efectos del paso del tiempo. La piel se expone cada día a gases y partículas minúsculas con un alto contenido en CO2 y metales, como el cloro y el bromo (al menos, la de un 92% de la población, según la OMS). Pero estos agentes contaminantes no solo se depositan sobre la piel: la epidermis tiene poros, folículos pilosos y glándulas sebáceas y sudoríparas que actúan como puerta de entrada para ellos. Los agentes nocivos incrementan los niveles de radicales libres en el organismo, que dañan las moléculas de ADN celular y, en consecuencia, provocan un mal funcionamiento de la barrera epidérmica. Nos lo explica Leonor Prieto, directora científica de los laboratorios La Roche-Posay: “Los efectos de la polución sobre la piel son numerosos: aumenta su sensibilidad, puede acentuar los poros y la piel grasa, y tiene repercusión sobre el envejecimiento (manchas y arrugas). Sabemos también que multiplica los efectos de la radiación ultravioleta, sobre todo en cuanto a estrés oxidativo y a la formación de radicales libres. Por eso ahora nos referimos a ella como ‘fotopolución’. Es importante trabajar en protocolos que ayuden a la piel a evitar las consecuencias de estos efectos. Por eso la cosmética antipolución no solo cuenta con activos antioxidantes, también resulta fundamental crear una barrera protectora frente a las partículas contaminantes; es lo que llamamos la ‘textura antiadhesión’, que retiene esas partículas para luego eliminarlas con un producto de limpieza adecuado. Además, es necesario que la crema contenga filtros solares, UVB y sobre todo UVA. El fondo de maquillaje con factor de protección también sirve como refuerzo, pero lo más importante es seguir una rutina adecuada que siga los pasos básicos: limpieza (mañana y noche), crema (hidratante, antiarrugas) que contenga elementos antioxidantes, textura antiadhesión, filtros UVB + UVA, y maquillaje”, concluye Prieto. Y sí, existe la dieta anticontaminación, según nos explica el doctor Leo Cerrud, especialista en medicina estética: “Una alimentación rica en antioxidantes, en ácidos grasos y en maíz, ayuda a las defensas del organismo a combatir las sustancias tóxicas”.