Una frontera es una línea convencional que marca el confín de un Estado. Las fronteras pueden ser delimitadas de forma física (con muros o alambrados), aunque no siempre ocurre de esta manera. Por eso se habla de convención: los diferentes países acuerdan hasta donde llegan sus respectivos límites; al pasar dicho límite (la frontera), se ingresa en el territorio del país vecino.
México tiene frontera al sur con Guatemala y Belice. Al norte con los Estados Unidos de América Siempre he comentado que las fronteras deben tener un trato especial, por parte del Gobierno Federal. Casualmente todas nuestras fronteras tienen una pésima imagen urbana. Pero más allá al adolecer de apoyos extraordinarios, sufren sus poblaciones de problemas sociales graves (inseguridad, pobreza y falta de arraigo, entre otros factores). Ciudad Juárez, otrora Paso del Norte, no escapa a los puntos mencionados. Además, tiene una frontera imaginaria, dividida por las vías del tren.
El Juárez del poniente y el Juárez del oriente. Ambos puntos cardinales, también divididos por la frontera con Texas y una pequeña parte con Nuevo México. El trasiego de droga no escapa en ninguna frontera. Hay dinero, pero también el hedor a muerte. La violencia no escapa en estas regiones. También los asentamientos irregulares, que han dependido en parte por el intento migratorio del sueño americano. Y otra parte por el crecimiento poblacional, al menos en las tres décadas del pasado milenio, debido a la industria maquiladora.
Estos factores, complejos, ante todo, han generado crecimientos desordenados y desequilibrio social. Desafortunadamente los gobiernos federales, no han tenido el tino y menos la sensibilidad de realizar las políticas públicas, hacia estas regiones. Son espejismos de ciudades, donde se creé, hay calidad de vida. Ciudades sucias, contaminadas y abandonadas a su suerte por sus gobiernos.
Es urgente que se ponga la atención necesaria a las fronteras, para que, en un futuro no muy lejano, exista orden y calidad de vida en esos espacios. Hoy las fronteras mexicanas, se le han ido de las manos a los gobiernos, por falta de atención.