LOS CACICAZGOS EN LOS PARTIDOS POLITICOS

Columna GUERRILLERO URBANO por José Luis Rodríguez Chávez

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México ha sido tierra de caciques desde antes de que el término mismo fuera introducido por los conquistadores españoles en el siglo XVI. En realidad, los primeros caciques aceptados como tales fueron los nobles que encabezaban los señoríos indígenas que los españoles encontraron en América —los jefes hereditarios de las estructuras sociales locales ya existentes— y cuya autoridad les fue reconocida por los conquistadores una vez que se sometieron a los representantes del monarca español.

La autoridad colonial asignó a esos caciques un lugar en la estructura formal de poder a cambio de desempeñar el papel de intermediarios entre la masa indígena sojuzgada y el gobierno virreinal. Hoy en el desarrollo veloz del siglo XXI, los cacicazgos siguen vigentes en diferentes partes de México y diversos sectores. Quiero referirme a los partidos políticos en los que existen los caciques, según al servicio del pueblo. Los partidos políticos con cacicazgos bien definidos.

Uno de ellos el Partido Verde Ecologista, dominado desde su creación en 1989 (Partido Ecologista Mexicano), por la familia González y a nivel estado de Chihuahua por María Ávila y su príncipe consorte Alejandro Gloria (matrimonio que se pasan entre ellos los cargos de elección popular). Otro cacicazgo es el que impera en el partido del trabajo (PT), a nivel nacional caciqueado siempre por Alberto Anaya y su esposa Lupita Rodríguez. A nivel estado de Chihuahua, el cacique Rubén Aguilar y familia, quienes siempre disputan los puestos de elección, federales y en el Congreso de Chihuahua. Lo mismo se ha dado en el PRI, PAN, PRD y hoy si hijo putativo MORENA.

De estas condiciones los partidos políticos colocan a sus representantes populares de ellos, ¡más no del pueblo! Llevando a cabo leyes que en la mayoría de los casos van en detrimento de sus supuestos representados. A través de los “representantes populares”, se autorizan y erogan para sus institutos políticos, cantidades millonarias y grotescas para su manutención. Muchos de estos partidos políticos tienen el libertinaje, el gasto discrecional del dinero de los impuestos de sus “representados”, con el que se mantienen, entregando cuentas mochas y chantajeando para ocultar las desviaciones millonarias, que, en la mayoría de los casos, van a dar a las cuentas personales de los caciques políticos.

La parafernalia grotesca de los caciques políticos, se mantiene gracias a las negociaciones tras bambalinas con autoridades de los diferentes niveles de gobierno. Cabildeos, extorsiones y negociaciones con los dineros e intereses del pueblo, que solo aguanta y admite, estos abusos. Y los órganos electorales………de adorno. ¡¡Viviendo de lo que les dan los CACICAZGOS!!

José Luis Rodríguez Chávez.