Hijos de Luke Perry recibe herencia

Los descendientes del actor se dividirán en partes iguales la fortuna que se encontraba en un fideicomiso

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Sophie y Jack, hijos del fallecido actor Luke Perry, recibieron parte de la herencia de su papá, en la que se incluye una mansión en el área de San Fernando Valley, de Los Ángeles.

Los descendientes del artista, quien murió en marzo pasado por un derrame cerebral, se dividirán en partes iguales la fortuna que se encontraba en un fideicomiso.

La propiedad, transferida a nombre de Jack y Sophie, fue registrada en el condado de Los Ángeles y aunque en este momento no está a la venta, estimaciones inmobiliarias la valúan en 1.8 millones de dólares.

En las presentaciones legales, y de conformidad con el ‘Luke Perry Revocable Trust’, Jack Perry tendrá una participación de 50% en la propiedad y Sophie Perry tiene la otra participación de 50%”, indicó el portal estadounidense The Blast.

Asimismo, los descendientes del actor son dueños legales de la granja que tenía en Tennessee y de una gran fortuna cuya cantidad no ha sido revelada.

Luke Perry, conocido por su papel de “Dylan McKay” en la serie Beverly Hills 90210, falleció el 4 de marzo pasado a causa de un derrame cerebral.

El actor fue llevado de urgencia al hospital la semana anterior después de sufrir un derrame cerebral en su casa ubicada en Sherman Oaks, California.

Luke fue hospitalizado el mismo día que se anunció el regreso a la pantalla chica de Beverly Hills 90210, una de las series más populares de los años 90, con su elenco original.

El 11 de octubre, Perry habría cumplido 53 años y sus hijos le dedicaron emotivos mensajes:

Feliz cumpleaños, icono de la moda, puedo oírte haciendo tu mejor personificación de Tim Gunn. Ahora te quiero más”, publicó Sophie. “Feliz cumpleaños, viejo. Te veré en alguna parte”, escribió Jack.

Ambos son los dos únicos hijos que tuvo el artista con Rachel Minnie Sharp, con quien estuvo casado durante una década desde 1993 hasta 2003.

Jack estuvo en una escuela de cine durante un año antes de decidirse por la lucha libre profesional, mientras que Sophie trabaja en la labor humanitaria como voluntaria en Malawi y recauda dinero para la construcción de escuelas en las zonas pobres del país.