El músico y compositor británico Ozzy Osbourne, quien este martes lanzó su álbum Ordinary man, reveló que fue diagnosticado con Parkinson en febrero del año pasado, tras sufrir una caída en su casa, que lo obligó a posponer los conciertos de su gira en 2019.
El artista de 71 años, quien ha lanzado los sencillos Under the graveyard y Straight to hell, con la colaboración de Slash (Guns N’ Roses), y Ordinary man, con el cantante y compositor Elton John, dio la noticia junto con su esposa Sharon, en un programa de televisión estadounidense conducido por Robin Roberts.
Ha sido terriblemente desafiante para todos nosotros. Hice mi último ‘show’ de Nochevieja en The Forum. Entonces tuve una mala caída. Tuve que someterme a una cirugía en el cuello, que me atornilló todos los nervios”, recordó.
El artista señaló que tras los problemas de salud que enfrentó por su caída por la que tuvo que someterse a una cirugía vertebral, también le diagnosticaron Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta el movimiento.
Es PRKN 2. Hay muchos tipos diferentes de Parkinson; no es una sentencia de muerte por ningún tramo de la imaginación, pero afecta ciertos nervios de su cuerpo. Y es como si tuvieras un buen día, un buen día y luego un día realmente malo”, dijo su esposa.
“El Príncipe de las Tinieblas” dijo que ya no podía ocultar la verdad a sus fans, porque “no soy bueno con los secretos; ya no puedo caminar más porque es como si me estuviera quedando sin excusas”.
Explicó que toma medicamentos para el Parkinson y mitigar el dolor en los nervios; “se me adormeció el brazo por la cirugía, mis piernas siguen frías. No sé si ese es el Parkinson o qué, ya sabes, pero ese es, mira, ese es el problema. Porque se cortaron los nervios cuando hicieron la cirugía. Nunca había oído hablar de dolor en los nervios, y es un sentimiento extraño”.
A pesar de sus problemas de salud, el exintegrante de la banda Black Sabbath estrenó su nuevo álbum de estudio Ordinary man, el primero como solista después de casi 10 años y reanudará su gira por Estados Unidos y Canadá.
Viniendo de un entorno de clase trabajadora, odio decepcionar a la gente. Odio no hacer mi trabajo. Y así, cuando veo a mi esposa ir a trabajar, mis hijos van a trabajar, todo el mundo está haciendo, tratando de ayudarme, eso me deprime, porque no puedo contribuir con mi familia”, dijo.