Nueva Inglaterra saldrá con el jersey de color claro, mientras que Filadelfia elegirá entre su indumentaria verde o negra
La NFL ya tiene su centro de operaciones en Minneapolis, donde el próximo 4 de febrero se va a disputar la edición LII del Super Bowl, informó que los Patriotas de Nueva Inglaterra saldrán al campo como el equipo local y uniforme blanco.
Esa fue la elección que hicieron los Patriotas, actuales campeones de la Conferencia Americana (AFC) y del Super Bowl LI, disputado el año pasado en el NRG Stadium de Houston.
Los Patriotas, que llegan como los grandes favoritos al triunfo, en el que será el décimo Super Bowl que disputen, tendrán esta vez de rivales a los Águilas de Filadelfia, campeones de la Conferencia Nacional (NFC), que saldrán al emparrillado del U.S. Bank Stadium, de Minneapolis, como equipo visitante y tendrán que elegir entre los uniformes de color negro o el verde tradicional.
La designación del equipo local y visitante quedó establecida una vez más en función de la rotación que establece la NFL con las distintas conferencias.
El año pasado fueron los Halcones de Atlanta, campeones de la NFC, los que jugaron en Houston como locales y con el uniforme rojo, mientras que los Patriotas, aunque fueron los visitantes también eligieron el uniforme blanco.
LA CÁBALA DE LOS UNIFORMES
Dentro de la franquicia de Nueva Inglaterra hay una preferencia por el uniforme de color blanco con el que han disputado cuatro Super Bowls y ganado tres, todos bajo la dirección del entrenador en jefe Bill Belichick y el mariscal de campo estelar Tom Brady.
Mientras que con el uniforme azul han disputado otros cuatro y han repartido honores (2-2) y sufrieron una derrota con el único Super Bowl que jugaron vistiendo el de color rojo.
También a nivel general de los equipos que han disputado el Super Bowl con uniforme blanco, de las últimos ediciones, 12 han salido campeones.
El último equipo que se coronó campeón con un color diferente fueron los Empacadores de Green Bay cuando en la edición XLV del 2011 vencieron por 31-25 a los Acereros de Pittsburgh, en el Cowboys Stadium, de Arlington, Texas.
Mientras que en Minneapolis se dan los últimos toques a los preparativos para recibir a más de 70 mil personas que visitarán la ciudad durante la semana previa a la disputa del Super Bowl, el segundo que se va a celebrar, el anterior fue el de la edición XXVI de 1992, pero su jugó en el ya desaparecido Metrodome.
Los Pieles Rojas de Washington, campeones de la NFC, consiguieron la victoria al imponerse por 37-24 a los Bills de Buffalo, de la AFC.
CONDICIONAN EL ESTADIO
El escenario para el duelo entre los Patriotas y los Águilas, esta vez, será el flamante nuevo estadio cubierto U.S.Bank Stadium, que tuvo un coste de mil 100 millones de dólares e inaugurado el 22 de julio del 2016.
Cuando todo estaba preparado para que fuese el escenario perfecto y soñado para el equipo local de los Vikingos de Minnesota, todo se vino abajo con la derrota que sufrieron el pasado domingo frente a los Eagles (38-7) en el duelo por el título de la NFC.
Ahora los responsables de la NFL ya trabajan en acondicionar todo el campo para que se convierta en un recinto neutral, donde los Patriotas y las Águilass decidirán al próximo campeón del Super Bowl.
BAJAN LOS PRECIOS DE LAS ENTRADAS
Precisamente, la eliminación de los Vikingos ha hecho que el valor de las entradas para ver el partido haya bajado de manera considerable en los últimos días.
De acuerdo a las últimas informaciones ofrecidas por el mercado secundario, los precios que el domingo antes de conocerse la suerte de los Vikingos estaban en cinco mil dólares, ahora ya se encuentran por debajo de los 3 mil 500 dólares.
Se espera que la tendencia se mantenga en los próximos mientras los aficionados locales se recuperan de la frustración de la derrota y eliminación que su equipo sufrió el pasado domingo.
Antes de la derrota de los Vikingos, las entradas más accesibles habían alcanzado un máximo de valor de 5 mil 500 dólares cada una y actualmente se pueden conseguir las mismas por 4 mil 300.
El favoritismo que siguen teniendo los Patriotas en el mundo de las apuestas (7,5) tampoco favorece que el valor de las entradas, de momento, cambien su tendencia a la baja.
