La Organización Mundial de la Salud aseguró que a pesar de que el COVID-19 causa mayoritariamente un síndrome respiratorio entre quienes lo padecen, está claro que existe una proporción de pacientes que sufren de una respuesta inflamatoria más amplia, ya sea vascular o del sistema circulatorio, así como de otros órganos.
“Es claro que la enfermedad aún causa mayoritariamente un síndrome respiratorio, y lo vemos lamentablemente todos los días en los hospitales en las unidades de cuidados intensivos con pacientes que no pueden respirar, con sus niveles de oxígeno bajando, y con terribles daños en su tejido pulmonar que se demuestran en los exámenes y radiografías. Esa es la mayor parte del síndrome, pero es claro que los efectos vasculares y del sistema circulatorio están allí y hay que estudiarlos más”, aseguró el director de emergencias de la Organización.
Mike Ryan explicó que a través de la historia se han visto enfermedades que no atacan exclusivamente a un órgano del cuerpo hasta después de mucho tiempo y muchas generaciones de transmisión.
“A veces tardan décadas, a veces cientos de años, para que algunas enfermedades establezcan lo que parece ser un órgano que se afecta más que cualquier otro, y por eso existen virus como los de la hepatitis que se llaman así porque afectan principalmente al hígado. Pero hay muchos tipos de otros virus que causan el mismo síntoma”, aseguró el experto.
Ryan además dijo haber recibido informes hasta de encefalitis o inflamación del cerebro en pacientes con COVID-19, así como otros síntomas que se están investigando.
“Es por esto por lo que es de suma importancia seguir recolectando datos clínicos de todo el mundo sobre este tipo de impactos”, aseguró el experto.
Fumar no protege contra el coronavirus
Respondiendo a periodistas sobre reportes en medios sobre una investigación en Francia que apunta a que la nicotina podría proteger frente al coronavirus, la doctora María Van Kherkhove recordó firmemente que el tabaco mata.
“Sabemos sobre los daños a la salud que causa el tabaco, y sabemos que millones de personas mueren cada año por consumirlo. El COVID-19 es una enfermedad respiratoria, y fumar causa daños en los pulmones y hay varios estudios que han sido publicados y que demuestran que fumar influye en desarrollar una enfermedad más severa y pone a las personas en un riesgo más alto de que necesiten un respirador, sean puestos en la unidad de cuidados intensivos, y mueran”, aseguró.
Sobre los estudios publicados en Francia, la doctora indicó que estos no han revisado por pares, y que además solo miran la prevalencia de los fumadores en hospitales con COVID-19.
“Estos estudios no fueron diseñados de ninguna manera para evaluar si fumar protege o no de contraer la enfermedad, y en ningún momento afirman eso. Sabemos que los fumadores que se infectan con COVID-19, tiene mayor riesgo de enfermedad severa y muerte”, dijo.
¿Se puede medir la incidencia del virus a través de las aguas residuales?
Los especialistas respondieron también a una pregunta sobre la presencia del virus en aguas fecales. Explicaron que este tipo de prueba puede servir para entender la trayectoria de la pandemia, pero la prioridad debe ser encontrar el virus entre los contagiados.
“Parece que estamos evitando la molesta realidad: hay que volver a la vigilancia de salud pública. Tenemos que volver donde deberíamos haber estado hace meses: encontrando casos, siguiendo casos, haciendo test, aislando a los positivos y poniendo en cuarentena a los contactos”, enfatizó Mike Ryan.