En un círculo vicioso se han convertido los procesos de cosecha, distribución y comercialización de maíz (6.5 millones de toneladas) en Sinaloa y trigo en el Bajío, Sonora, Baja California, sin que el gobierno asuma el compromiso de apoyo a los productores del campo, afirmó Rafael García del Horno, secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos al Campo A.C.
Sube de tono la inquietud por vencimientos de créditos con la banca privada, con los “coyotes” y “brockers”, frente al bajo o nulo apoyo de las instituciones financieras gubernamentales. El FIRA y la Financiera Nacional no cuentan con recursos para la reactivación del campo.
García del Horno, mencionó que esta falta de atención al agro mexicano en general, es muestra de que el sector primario no es prioritario para el gobierno de López Obrador.
Por su parte, los compradores privados no respetan los precios de garantía que ofreció el gobierno. En maíz, por ejemplo, ahora les ofrecen 3 mil 400 o 3 mil 500 pesos la tonelada, cuando el precio de garantía es de 4 mil 600 pesos.
Es de señalar que el sector agropecuario es el más desprotegido en el marco de todos los sectores económicos. Los rezagos vienen de muchos años atrás, cuando los precios de garantía sólo eran una referencia; la comercialización se realizaba por arriba de la garantía.
En la actualidad, dijo el ex dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del estado de Guanajuato, que los agricultores claman que se respete “aunque sea” el precio de garantía.
Las instituciones crediticias, que en el pasado operaban con “números rojos”, en este gobierno fue prácticamente eliminado el presupuesto.
El FIRA y la Financiera vienen operando casi a la “palabra”, porque no hay dinero en efectivo. Es decir, siguen operando con carteras vencidas y reestructurando deudas.
Lo lamentable es que, el presupuesto asignado, apenas les alcanza para pago de sueldos y prestaciones de los empleados.